jueves, 31 de enero de 2008

La fábula de la serpiente y la luciérnaga

Resulta que hay veces que me pregunto por qué me pasan a mi ciertas cosas. Resulta que hay veces que hay gente que toma actitudes contigo que no son lógicas y que parecen no tener razón o motivo alguno. "No le des vueltas - me dicen - la gente es así". Lo se, la gente es como es, pero yo no entiendo sus motivos. Y cuando no encuentro motivos los busco con más ahínco si cabe.

Buscando motivos me he encontrado con una fábula que quiero compartir con todo el que quiera leerla. En especial para tí, Ele, que no hace mucho me dijiste algo muy parecido a la moraleja de este relato.

Cuenta la leyenda que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga.
Ésta, huía rápido y con miedo de la feroz depredadora. La serpiente no pensaba desistir y continuaba persiguiéndola.
La luciérnaga huyó un día, y la serpiente no desistía, dos días y nada... En el tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga se paró y le dijo a la serpiente:
- ¿Puedo hacerte una pregunta?
- No he tenido este precedente con nadie, pero como te voy a devorar, puedes preguntar...
- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
- No.
- ¿Yo te hice algún mal?
- No.
- Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo?
- Porque no soporto verte brillar...


Me permito añadir otra frase - no mía, que ya me gustaría - pero no con menos razón que la fábula:
“No hay mayor provocación que ser uno mismo”.

Y a buen entendedor...

miércoles, 30 de enero de 2008

De putas y puteros.

El otro día comentaba con alguien que me río yo de la Calle Montera y sus centenares de señoritas erótico-festivas de previo pago. Nada ¡¡nada!! comparado con lo que se ve en el polígono industrial y aledaños de donde curro, sobre todo teniendo en cuenta que esto no es una gran ciudad como Madrid y que estamos en medio del campo.

Obviaré el par mínimo de señoritas por rotonda que cruzo de camino al trabajo o a casa – mas de 5 y menos de 10 por viaje, dependiendo de la ruta que tome – y me centraré en la zona más próxima a mi trabajo, 2 kilómetros escasos donde es fácil que todos los días ejerzan la profesión más antigua del mundo en torno a 20 mujeres, mayoritariamente del este, contando a veces con alguna sudafricana. Y luego dicen los hombres que no van de putas…¡¡Fíjense ustedes si hay mercado para tantas!!

Carretera secundaria poblada de polígonos industriales a diestro y siniestro, con sus correspondientes cruces y rotondas de entrada, callejones, descampados y un largo etcétera de lugares que invitan a la práctica del oficio. Tráfico siempre cargado, de trabajadores de las distintas empresas, de transportistas y camioneros, en fin, lo normal tratándose de zona industrial. Vamos, que se dan las bases idóneas para que esto se convierta en un foco de prostitución – o en el coño de la Bernarda.-

Vaya por delante que a mi no me molesta en absoluto que cada cual ejerza la profesión que quiera. No soy quien para juzgarlas. De hecho incluso en parte me entretiene sobremanera observar las idas y venidas del negocio, sus pormenores, la clientela, los mirones... es entretenidísimo, salvo cuando quiero irme a casa y tengo que estar 10 minutos de reloj parada en la rotonda esperando que a los conductores de turno se les quite el complejo de niña del exorcista y dejen de girar la cabeza a la vez que aminoran la marcha de su vehículo para observar a las señoritas. O cuando he corrido el riesgo de ser aplastada por algún camión cuyo conductor estaba más atento al panorama que a la carretera y ha invadido en parte el carril contrario.

Todos, absolutamente todos los días podría contar algo al respecto de las putas y puteros del polígono. Podría decir incluso que tengo más que comprobado cuales son las horas o días claves del negocio. Es más, lo voy a hacer:

Horas clave: Entre las 2 y las 4 de la tarde, cualquier día de la semana, es hora punta para las putas. Puteros que salen de currar o están en la hora de la comida, cambian café y copa por mamadita o polvo rápido. Y lo de rápido lo digo con conocimiento de causa ya que en más de una ocasión he podido comprobar que las muchachas no tardan más de 15 minutos en cumplir con los servicios solicitados.

Días clave: los jueves. No me pregunten por qué, que yo no soy ni puta ni putero, pero juro que los jueves está el negocio que echa humo. Sobre todo los primeros jueves de mes. Se ve que recién cobradito se permiten el dudoso gusto de echar un polvo pagando. Eso, o que las putas son como el cine, y en lugar de hacer descuentos el día del espectador hacen descuentos el día del putero, y cae siempre en jueves.

Podría hacer un estudio detallado de la clientela... Siempre nos imaginamos que el típico putero es el varón adulto – casado o no – de entre 40 y 60 años, normalmente poco agraciado físicamente, un tanto solitario, quizá con una vida amargada, o tal vez simplemente un poco vicioso. Pues no señores, no. El cliente actual dista mucho de este prototipo. Ahora puedes ver a muchos chicos jóvenes, de entre 20 y 30 años, la mayoría de muy buen ver y al volante de coches de alta gama. Vamos, que apuesto a que ninguno de ellos tendría problemas en encontrar lo mismo que la puta les ofrece, pero gratis, con cualquier mujer si se lo propusieran.

Y éstos al menos pagan por su recreo y las putas se ganan el sueldo. Pero los hay más listos – o más sucios de moral si cabe – que disfrutan de los servicios pero sin pagar. Son los voyeur, que crecen como una plaga. Raro es el día que no veo algún coche aparcado justo en frente de donde las putas enseñan sus piernas – y otras cosas más que no me atrevo a describir por no herir sensibilidades… si supieran lo que han llegado a ver estos castos ojitos… – contoneándose de manera dudosamente sexy en la mayoría de los casos, buscando atraer clientela. Muchas, muchas veces se puede observar el movimiento ascendente y descendente de uno de los brazos del voyeur de turno. Supongo que no estará sacándole brillo a la palanca de cambios de su coche… que oye, a lo mejor también puede ser y es que yo, como vivo rodeada de todo esto que cuento, ya lo veo todo con mente sucia. Quién sabe… a lo mejor el señor que estaba hoy detrás de la valla de la empresa pegada a la nuestra, dentro del recinto, sólo estaba echando la meada del siglo discretamente de cara al público, y no estaba haciendo lo que a mi me ha parecido… Fíjense si tengo la mente sucia que claramente me ha parecido ver que éste señor se ha bajado de la carretilla elevadora con la que trabajaba y se ha acercado a la valla justo en el momento en que un coche – putero y puta dentro – aparcaba justo enfrente, en un pequeño descampado y se acomodaban en la parte trasera del coche. Fíjense que mal pensada soy que me ha parecido ver cómo el señor carretillero se la meneaba al ritmo de las subidas y bajadas de la puta. Quizá se estaba arrascando la polla porque le picaba, ¿no?. Y a todo esto, a escasos 8 metros estaba yo, junto con otros dos compañeros, fumándonos tranquilamente un cigarro y observando la jugada – la del voyeur, no la otra… aunque reconozco que también hemos mirado…¿a que nos hemos convertido en mirones? No me extraña -. Me han dado ganas de ofrecerle al señor carretillero un cigarrillo para después del trabajito, pero no lo he hecho. ¡¡Encima que disfruta del espectáculo gratis no le voy a regalar un cigarro!!

En vista de todo esto cómo no me voy a reír cuando alguien me dice “hay que ver lo que se ve en Montera”, o “cómo está de putas la casa de campo”, si yo lo veo todos los días.

Y dirán ustedes que qué les importa todo este ajetreo. Ya, lo se, lo se. Pero en mi blog suelo hablar de cosas que me pasan, cosas cotidianas, y a mi esto me pasa día si y día también.

martes, 29 de enero de 2008

Con el puño cerrado

El frío se ha colado en mi interior.
Ha invadido mis arterias y mis venas
en un viaje hacia lo más profundo de mi cuerpo
helándome finalmente la razón.

He apretado los dientes y
con el puño cerrado he gritado
tan fuerte como he podido
clavando las uñas en mis manos.

Y gritaré, si, cuanto haga falta.
Y golpearé en la mesa con fuerza.
No voy a callarme porque esté cansada
ni voy a decir mentiras disfrazadas.

Porque cuando todo parece ir bien
siempre hay algo que va mal.
Y levantas la voz y preguntas por qué,
pero el eco no sabe responder.

Voy a prender fuego a tus fotos
para aliviarme de este frío.
Voy a quemar cada resquicio que quede de ti.
Arderás en la hoguera,
junto a todos los que son como tu,
porque esta vez no, lo siento
pero no voy a sentir pena.

lunes, 28 de enero de 2008

Cobarde

Sigo siendo una cobarde.
Cobarde porque te observo a hurtadillas sin que sepas que te miro.
Cobarde porque ya no me atrevo a creer en lo que siento, y decírtelo.
Cobarde porque tengo miedo de que lo que creo sentir sea verdad... o mentira.
Miedo de caminar hacia ti, miedo de caminar en dirección opuesta.
Hace tiempo me juré que el miedo jamás me paralizaría, y hoy lo vuelve a hacer.
Siempre quise lanzarme a la piscina de cabeza, sin pensármelo dos veces.
En cambio hoy pienso una y otra vez... compruebo la profundidad, tomo la temperatura del agua.
Y nunca me parecen las condiciones idóneas para saltar.... cobarde.
Mientras salto y no, me mojo en otros charcos.
He buscado brazos sustitutos, ojos donde buscarte, besos donde sentirte.
Y de momento me vale, si, me divierto, me satisface.
Pero cuando te miro... cuando te miro quiero estar contigo.
Cuando te miro me das miedo, y me siento más cobarde.
Y es raro que me de cuenta de ello ahora que aún estoy mojada de otros labios,
es raro darse cuenta que después de tanto tiempo eras tú a quien buscaba.
Y cobarde me repliego sobre mi misma para no verte y no tener que decirte
que cada vez son más las dudas que tengo sobre ti y sobre mi.
Cobarde porque no te he dicho que hace dos noches soñé contigo,
que vi tu cara, que vi tus gestos... sentí tus labios, tu aliento.
Cobarde porque se que no soy capaz de susurrar tu nombre,
a pesar de que mis letras lo estén gritando y tu no lo sepas.

Como dos ciegos

A veces cuando te miro creo verme reflejada en tus ojos.
Tal vez sólo sea una ilusión, una quimera producto de mi imaginación
Pero cuando me hablas... cuando me hablas también lo creo.
Creo que me hablas a mí, a la de adentro, la de verdad,
Y no a ésta que está fuera y que a veces no parece enterarse de nada.
Siempre me gustó usar mensajes entre líneas y en cambio
no soporto interpretar tus gestos, tus palabras, tus caricias.
Y me digo que no es cierto que sean sólo eso,
Y al momento el desengaño de saber que no son más.
Me gustaría tener una varita mágica y desvelar tus miedos,
Arroparte con mis brazos y besar tu pelo hasta que duermas.
Y reír a carcajadas contigo, juntos, envueltos entre las sábanas,
Regalarte amaneceres que llenaran tus ojos de alegría.
Susurros, besos, hacer caricias con mi pelo en tu pecho.
Y luego despierto, y no hay nada de eso.
Y me río por ser tan tonta y pensar que quizá tu ya lo sepas
Y como yo, no te lo creas y pienses que es tu mente traicionera.
Como dos ciegos que se dan la espalda mientras se buscan.
No quiero despertar mañana y darme cuenta de haberte perdido
Por no haber dado un paso al frente y haber gritado ¡¡presente!!.
Estoy aquí, como siempre. Estoy aquí por y para ti.

jueves, 24 de enero de 2008

OBSESION

Obsesión.

(Del lat. obsessĭo, -ōnis, asedio).

1. f. Perturbación anímica producida por una idea fija.

2. f. Idea que con tenaz persistencia asalta la mente.

Todos hemos tenido alguna obsesión en algún punto de nuestras vidas. Cuando eres pequeña te obsesiona que los reyes te traigan la Nancy con todos sus complementos. Después te obsesiona esa mochila megasuperfashion con la que serías la reinona de la clase. Te obsesionan los niños, te obsesiona aprobar, te obsesiona hacerte mayor. Cuando eres mayor te obsesiona encontrar un buen curro, te obsesiona crecer como persona, te obsesiona la hipoteca, te obsesiona llegar a fin de mes, te obsesiona encontrar una pareja. En mayor o menor grado, todos hemos padecido o padecemos alguna obsesión, así que sabemos lo que es.

Pues bien, yo como todos sabía lo que era estar obsesionada por algo. Lo que jamás de los jamases hubiera imaginado es que iba a padecer una obsesión del otro lado. Es decir, ser el objeto de la obsesión de alguien.

Solo con escribir los dos párrafos anteriores, con tanta “obsesión” y derivados, me siento agobiada. Así que cuanto más siendo objeto de tal obcecación conmigo. ¡¡Y encima no entiendo a los tios!!

Me explico: hace mas de de año y medio conocí a alguien… Hubo feeling, y bastante más que palabras durante algún tiempo. El tema es que después la cagó. No supo valorar lo que se le ofrecía (que era lo que ambos buscábamos en ese momento) y que se supone que es lo que la gente a cierta edad prefiere: ser amigos, con derecho a roce, pero sin compromiso firme. Sin exigencias, viéndote de vez en cuando, siendo colegas ante todo. No sólo no cuidó eso sino que hizo que lo aborreciera y dejara de tener cualquier tipo de sentimiento hacia él.

No quise mantener ningún contacto con él, ni físico, ni telefónico, ni de cualquier otro tipo. Al principio me dejó en paz aunque de vez en cuando aparecía. Pasaban los meses y sus apariciones eran cada vez más frecuentes: hoy te llamo, mañana 2 mensajes, pasado charlamos en el msn… y mi actitud siempre fría… la suya no tanto. Llegado un punto me cansé, y dejé de contestar sus llamadas, sus mensajes y todo tipo de intentos de acercamiento. Pero él persistía una y otra vez en su intención de que nos volviéramos a ver. De nada me servía hacer caso omiso a sus llamamientos, pues él seguía intentándolo. Y sigue.

Estoy hasta los ovarios de recibir llamadas perdidas a cualquier hora del día o de la noche. Estoy hasta el moño de mensajes que empiezan siendo lastimeros y acaban siendo erótico-festivos. Estoy hasta los cojones de que me tome por tonta y se piense que con sus técnicas zalameras me va a engañar y nos vamos a ver, y nos vamos a volver a acostar. Porque no nos engañemos, lo que quiere es acostarse conmigo, lo se, que nos conocemos. Y vale que quieras currártelo un poco para echar un polvo con alguien que te agrada, pero si no contesta a tus llamadas, ni responde a tus mensajes, si te ha dicho por activa y por pasiva que no hay nada que hacer, ¿¡por qué cojones no deja de acosarme!? Si, acosarme, y doy gracias a que vive a un par de cientos de kilómetros, porque si fuéramos vecinos a lo mejor estaba interponiendo una denuncia y no contándolo en un blog. Es tal su obsesión que le creo más que capaz de llevar a cabo un acoso más físico. ¡¡Y no lo entiendo!! Pudo tener lo que quería y lo descuidó. ¿Ahora a qué coño viene este acoso, esta obsesión? Que yo no le doy pie, que no le contesto, que no hablo con él de ninguna de las maneras posibles, y el contacto físico es poco probable por la distancia que nos separa. ¿Por qué insiste si sabe que no quiero nada?

De verdad que empieza a molestarme muchísimo ver su número reflejado en la pantalla de mi móvil. Empieza a quemarme recibir sus mensajes. Me estoy cansando… no tengo tanta paciencia. Pensé que me dejaría en paz si le ignoraba, pero creo que es peor. Y plantarle cara no sirve, así que qué hago? ¿Lo mato? Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr. Menos mal que al menos lo tomo con humor, porque si no, no sé qué pasaría…

Añado una acepción a la palabra obsesión: un año y medio de llamadas sin respuesta y seguir insistiendo.

El mundo bajo mis pies

La otra noche andaba yo a vueltas con la almohada… tengo la buena o mala costumbre de hablar con ella todas las noches, ya llegue borracha o serena, cansada o descansada, haya tenido un buen día o un día de perros. Esta es nueva. La vieja era de lana y me ha acompañado durante más de veinte años. La pobre estaba loquita ya de oírme y ha pedido la baja psicológica. Ésta es de látex… no se si por eso de que la lana es como más acogedora y cálida y el látex suena como más frío, la vieja era mas dulce y ésta es una perra. Qué borde es la hijaputa. La tenía abrazada, cariñosa que es una, y le contaba mis movidas mentales… como siempre, repasando situaciones, sensaciones, pensamientos… Me notó más pensativa que de costumbre, algo nostálgica quizá, tal vez sin ganas de fantasear como otras veces con situaciones posibles y que yo hago imposibles. Quizá estaba algo perdida, porque me debatía entre síes y noes, blancos y negros, arribas y abajos, posibilidades de proyectos seguidas de sus imposibilidades. Entonces me dice:

- Oye chata, te voy a poner una canción a ver si te calmas, porque me tienes ya harta.

La miré sorprendida, negué con la cabeza y la golpeé… sin violencia ehhh, sólo para ahuecarla y hacerle después el hoyito… bueno vale, y para que se callara un poco y me dejara en paz. Insistió en que iba a ponerme música y la dije que se dejara de gilipolleces… vale que me escuche, porque es un ser inerte y no tiene mas remedio, ¿pero cómo coño va a ponerme música una almohada?

- Nunca te crees nada, ¡incrédula!.
- Lo se, pero ¿para qué ilusionarme con algo para que luego no sea cierto? Déjame dormir anda.

Y se calló. La habitación quedó en calma, silencio y oscuridad. Pero entonces, cuando estaba a punto de dormirme, comenzó a sonar la música. Una guitarra solitaria parecía tocar sólo para mi, tranquila, despacio, arrastrando los acordes… Reconocí la canción al instante, y su letra comenzó a sonar, no se si en mi cabeza o de verdad, pero la escuché…

“Hay días que parece que nunca se va a apagar el sol,
y otros son más tristes que una despedida en la estación.
Es igual que nuestra vida que cuando todo va bien...
un día tuerces una esquina y te tuerces tu también.

Esa telaraña que cuelga en mi habitación
no la quito, no hace nada, solo ocupa su rincón.

Yo he crecido cerca de las vías y por eso sé,
que la tristeza y la alegría, viajan en el mismo tren
¿Quieres ver el mundo? Mira, esta debajo de tus pies.

Con el paso de los años nada es como yo soñé.
Si no cierras bien los ojos, muchas cosas no se ven.

No le tengo miedo al diablo ¿no ves que no puedo arder?
No hay más fuego en el infierno del que hay dentro de mi piel.

Todo lo malo y lo bueno caben dentro de un papel.
¿Quieres ver el mundo? Mira, está debajo de tus pies.”

Y miré, y no vi nada. Y otra vez la puta de mi almohada.

- Eres una incrédula.
- Lo se lo se, pero cállate.
- No me da la gana. ¿Cuándo vas a aprender?
- ¿A qué?
- A confiar en ti y en tus posibilidades.
- Déjame dormir.
- ¡¡No!! ¡¡ Me vas a oír!!
- ¿Y de qué me sirve escucharte si no te creo?
- Me creerás… mira ahora bajo tus pies.

Renegando me levanté. Quise poner los pies en el suelo pero no había. En cambio no me caí.. Miré hacia abajo y vi que flotaba en el aire. Y además tenía el mundo a mis pies.

- Ten paciencia y cree en ti. Sabes que cuando lo has hecho todo ha sido posible. ¿No ves las pruebas? Anda, mira hacia atrás y dime que no es cierto. Dime que no es cierto que soportaste cien años de soledad porque confiabas en que sabrías volver a rodearte de brazos. Dime que no es cierto que trabajaste duro porque confiabas en conseguir tus frutos. Dime que no es cierto que diste pasos al frente y te superaste. Dime que no hiciste sentir como esperabas. Dime que…
- Calla…
- Es cierto, ¿verdad? Todas esas veces confiaste en ti y tuviste el mundo a tus pies. Confía ahora… ¡¡confía siempre!!

Qué puñetera es, no se calla nunca. Y a mi… a mi me jode tener que darle la razón.

martes, 22 de enero de 2008

Una de Shows

A la gente le gusta el show, está claro. Nos mola cantidad dar el espectáculo allá donde vayamos. Conste en acta que me meto en el saco para que no digan que voy de sobrada, pero a mi no me mola nada, que yo soy la discreción personificada; siempre es mejor ser observadora que observada – ¡toma ya pareado! - . Y nos mola si, aunque vaya en nuestro perjuicio y cientos de miradas se posen en nosotros mientras exclaman al cielo: “¡vaya espectáculo está dando el/la pav@!”.

Estaba yo esta tarde en el Decathlón viendo como cientos de personas se amontonaban en las colas para pagar otros tantos artilugios para sudar, fruto de la mala conciencia por los excesos de Navidad – hoy me sale todo en rima… - cuando he divisado a lo lejos cierto ajetreo en una de las cajas. Como he sido cajera – todo hay que decirlo – sé qué clases de espectáculos se dan en tal lugar (podría escribir todo un decálogo ¡¡o más!! de situaciones embarazosas que se dan en una caja de hiper/super mercado), y con tan sólo una mirada he sabido de qué se trataba.

A un lado del ring: Varón adulto caucásico, bien entrada la cincuentena. Ligera barriga cervecera asomando sobre el pantalón, sujeto por un cinturón abrochado bajo ella. Pelo cano. Porte serio. Aspecto de hombre de negocios adinerado. Arrastra bicicleta estática hasta la caja.

Del otro lado: Mujer caucásica también, post adolescente. Cuasi famélica, ojerosa, con cara de llevar más de 8 horas de pie cobrando bicicleta, patines, cintas-asesinas para correr, pesas, chándal y gorros de bucear.

Puede parecer que la muchacha está en clara desventaja física y que el señor ganará sin esfuerzo el combate. ¡¡Se admiten apuestas!! Yo sin dudar apuesto por la cajera, que sé de qué me hablo.

Suena la campana. ¡¡Puños fuera!!. La niña pasa el lector por el código de la bicicleta y el precio aparece en pantalla. Buen derechazo en dirección a la cartera. Pero el tío viene sobre aviso y ya sabe lo que cuesta, así que esquiva el golpe y saca su tarjeta. Altivo y orgulloso de poder hacer frente al envite de la muchacha, lanza sobre la mesa su visa oro como si fuera una daga voladora. Pero la niña haciendo alarde de sus reflejos la coge casi al vuelo y la pasa por el lector de tarjetas igualito que si rebanara con una catana la tráquea de su adversario. Un corte limpio, rápido y firme, con tal seguridad que al tío le tiemblan las piernas. En ese instante parece que se para el tiempo… uno, dos, tres segundos… DENEGADA. Se masca en el ambiente que el combate va a empezar a ser sangriento.

- Caballero, su tarjeta está denegada.
- Eso no puede ser – risa jocosa -. Vuelve a pasarla, niña – en un intento de ataque, el varón caucásico usa un tono despectivo al pronunciar su última palabra. Craso error.

La muchacha pasa por segunda vez la tarjeta. De nuevo DENEGADA, lo que le da fuerzas para asestar el siguiente golpe, directo al orgullo. Arrastra sus palabras lentamente pero en un tono lo suficientemente elevado como para que lo escuche parte de la cola que espera ser cobrada.

- Disculpe pero la deniega de nuevo. ¿Puede hacerse a un lado y dejar que siga cobrando al resto de los clientes? – una sonrisa malévola se dibuja en su gesto cuando comprueba que tras sus palabras los ojos del hombre se inyectan en sangre… no se sabe si de rabia o de vergüenza.
- No no no, tiene que haber un error. ¡¡Vuélvela a pasar!!
- Disculpe caballero, pero su tarjeta está denegada, ya lo he comprobado dos veces. ¿Puede echarse a un lado?
- ¡¡ Esto es una vergüenza!! – sin duda que lo es… comienza el espectáculo.


El señor monta en cólera, herido en lo más profundo del orgullo de su visa oro. Parece exclamar algo así como “¡¡ohhh Santo Dios!! ¿Cómo osas denegarme a mí la tarjeta? ¡¡A mi!! ¡Rey de reyes, ricachón donde los haya, a mí que triplico el sueldo de los mileuristas, a mí que la hipoteca no me asfixia, a mí que se me rompe el forro de los bolsillos porque no me caben los fajos de billetes que llevo cogidos con una goma elástica!”. En realidad no ha dicho eso exactamente, pero viene a ser lo mismo. Eso sí, sea lo que fuere lo que su boca escupía, lo ha hecho a pleno pulmón, llamando así la atención de medio Decathlon. Todos le mirábamos contemplando el show, entre divertidos y absortos, siendo invadidos por la vergüenza ajena. Y no por que su visa haya sido denegada – que tire la primera piedra quien esté libre de pecado – sino por el bochornoso espectáculo que nos estaba ofreciendo de forma totalmente gratuita y desinteresada.

Por eso digo yo que nos gusta el show. ¿Acaso no era más fácil sacar otra tarjeta? – fijo que tenía diez - ¿Acaso no era más fácil apartar la bicicleta e ir mañana a consultar a su banco? – o a su asesor fiscal, que seguro lo tenía -. No, era preciso montar el circo.

Suerte que aposté por la cajera y ella lo notó en mis ojos, porque cuando fui a pagar me tocó la misma y también me denegó la tarjeta. Y acordándome del lamentable espectáculo de hacía unos minutos me limité a dibujar media sonrisa y sacar mi visa (no oro, por supuesto, que yo si soy mileurista).

- Pásame ésta a ver anda, que la otra a veces falla.
- Sí, esta si me la acepta.
- Ok, sin problemas.
- Muchas gracias por su compra.
- Gracias a ti. Buenas tardes.

Con lo fácil que es no alterarse y no dar el show.

Mi Verdad

Cuenta la leyenda que un día resucitó de entre los muertos.
Y cuentan que voló cual ave Fénix resurgido de cenizas.
Y cuentan que sus alas se batieron contra el viento hasta llegar al horizonte.
Y cuentan que el eco hizo acopio de sus risas para después hacerlas resonar.
Y cuentan... cuentan... cuentan...

No hagáis caso de leyendas, porque ésta es Mi Verdad.

¡¡Miradme!!

Miradme porque sólo soy un ser descalzo que a veces roza el cielo.
Miradme porque soy un ser etéreo con los pies llenos de barro.
Miradme porque sólo así tendré conciencia de que existo, que siento y que padezco.
Miradme porque así sabré que estoy aquí y que vivo, o que muero.

Mírame... que sienta tus ojos clavados en mí y un hálito de esperanza empuje al vacío que me embriaga. Y después... después embriágame tu.

He vuelto.

lunes, 14 de enero de 2008

Vacaciones Indefinidas

Primero que nada, gracias a todos por los comentarios del post anterior. Soy consciente de es un tanto raro y quizá no se haya entendido (o yo no haya sabido o querido explicar) lo que realmente me pasa.

Y añadir un comentario especial para Humo, porque intuyo que ha entendido a la perfección lo que siento.

“humo dijo...
Niña, si resistes, terminas por inmunizarte: no es que no te ronde, pero aprendes a torearlo.
No es negativo saber que es una amenaza que siempre está ahí: reconocerlo y afrontarlo te hace más fuerte, y te enseña a disfrutar más de las cosas buenas, no sólo de las que te vienen, sino de las que tú puedes hacer que surjan.
Creo que eres una persona fuerte (por lo que te voy leyendo), y me lo confirma este post.
Un beso.”

He aprendido a torear el vacío, si, y a afrontarlo, reconocerlo y respetarlo. Pero eso no quiere decir que lo acepte, así que lucho contra él. ¿Cómo? No lo se, quizá sólo tenga que esperar a que pase de largo... son rachas, me dijo anoche un buen amigo, y las rachas pasan. ¿Fuerte? Quizá, quizá sea fuerte... pero te aseguro que no tanto como aparento. No hay pilar imposible de derrumbar.

De momento no me derrumbo, pero puede que sienta un pequeño seísmo que me esté haciendo tambalear. Y la única manera de coger fuerzas es poner en marcha planes alternativos, eliminando temporalmente cosas que me resten fuerza, fuerza que me hace falta para huir del vacío. Me he dado cuenta de que si quiero correr rápido para que no me alcance, necesito soltar lastre. Y me pesan las obligaciones, y me pesan las palabras por decir, las cosas pendientes y las malas costumbres. Y de entre todas estas lacras, una de ellas es el blog.

Me temía que iba a llegar este momento, y aquí está. Sé que no es una obligación, siempre he dicho que escribo por y para mi. Pero si bien es cierto, yo misma he hecho que lo sea, obligándome a veces a escribir algo sin haber tenido inspiración. Es entonces cuando me acuerdo de Pablito, hace ya unos meses, diciendo aquello sobre “los post que se escriben por escribir”... y le dije que yo no haría eso. Pues bien, como estoy empezando a hacerlo, hasta aquí hemos llegado.

No cierro el chiringuito, sólo es un descanso del que no conozco la duración... quizá unos días, tal vez un mes...o indefinido (que lo dudo). Y me jode, pero sé que hago bien... el vacío está tan cerca que ha llegado a las teclas que golpeo, y se nota. Punch me lo decía el otro día “se te nota apática”. Diste en el clavo, apática era la palabra, vacía el sentimiento. Y paso de escribir por escribir, y paso mas aun de sentir que tengo la obligación auto-impuesta de hacerlo.

Estoy bien, pero necesito un tiempito para mi. Y como yo soy mi propia jefa, me he permitido el lujo de darme unas vacaciones que empiezan a partir de hoy. Nos vemos a la vuelta.

Agradecida, un placer disfrutar de vuestra compañía y vuestros consejos, pero tengo una carrera que ganar. ¡¡ A correr !!

domingo, 13 de enero de 2008

Vacío

Le siento acercarse… me está acechando, vigilando a su presa, esperando el momento justo en que me relaje y me vuelva vulnerable, y entonces saltará sobre mí para darme el abrazo mortal. Y yo sé lo que pasará… dejaré de sentir, dejaré de respirar. Estaré muerta en vida, pero no habrá dolor. Será una muerte plácida, dulce. La oscuridad se cernirá sobre mí y no sentiré nada. Lo sé porque ya me cazó una vez, y dos, y tres. Siempre consigo escaparme pero él es persistente y siempre me va a la zaga.

Es el vacío. Reconozco su olor cuando se acerca, cuando me roza. Recuerdo esa sensación que trae la Nada… es como flotar o fluir en tiempo y espacio. Y no sentir, sobre todo es no sentir. Ni bueno ni malo, ni frío ni calor, ni dolor ni placer.

Pero hoy no quiero que me abrace. Reconozco que sería tan fácil dejarse llevar por él y no sentir… sería tan fácil… En cambio mi mente se niega. Sabe que sin él habrá dolor, pero también habrá pasión… sabe que habrá tristeza, pero también alegría… sabe que habrá sufrimiento, pero también felicidad.

Y corro, corro desesperada sin mirar atrás, aunque mi cuerpo a veces no responda y se quede quieto a la espera de que ese vacío le invada. Pero yo lucho contra los dos, y agotada vuelvo a caer al suelo una vez más. Y me levanto, y caigo, y me vuelvo a levantar.

No me cogerás. Mírame bien, porque jamás me tocarás. No vas a volver a invadirme, nunca. Jamás me cansaré de correr.


jueves, 10 de enero de 2008

Dónde está mi bestia parda cuando la necesito...

SITUACIÓN:

Viernes 4: solicito a proveedor ficha de impresión de un útil para la elaboración de un pedido del cliente X. Le apunto que no es urgente, sino MEGA URGENTE DE LA MUERTE, que por favor me envíe la ficha como muy tarde el martes para darle el Ok y me lo tengan listo el miércoles... así conseguiríamos entregar pedido al cliente el viernes 11 (ya con retraso)

Martes 8: la ficha no llega, ni por la mañana ni por la tarde. Antes de irme a casa le pego un toque. Comprendo el retraso – ellos están tan liadísimos como nosotros y también son humanos – pero le indico que la urgencia es cada vez mayor y que NECESITO la ficha aquí el miércoles.

Miércoles 9: ni me envía la ficha ni me coge el teléfono... empiezo a mosquearme. El útil debería estar aquí ya, pero ni tan si quiera está fabricado: si no me envían la ficha no doy el Ok. Si no doy el Ok no fabrican el útil. Si no hay útil no podemos fabricar pedido. Si no fabricamos pedido no entregamos producto a cliente. Conclusión: a parte de aguantar el broncón del cliente, me toca hacerle la mamadita de turno – metafóricamente, por supuesto... – para que me retrase la fecha de entrega OTRA VEZ. Informo al comercial implicado, informo a mi superior... y aquí todos se caganendios.

Jueves 11: Hoy. Hoy me he aprendido de memoria el número del proveedor. Según la chica que me coge el teléfono, cada vez que yo llamo le pone un post-it en la pantalla del pc al tio que me está haciendo el útil. Si fuera verdad, debe tener la mesa y hasta el despacho donde trabaja completamente amarillo. Pero sé que no es cierto, no olvidemos que yo también paso llamadas y recados, y por obligación, a veces miento mas que cago, “está reunido, está de vacaciones, hoy no ha venido, llámale luego que está con una visita...” 80% de las veces mentira.
Por fin, 10 minutos antes de marcharme, he conseguido hablar con él.

CONVERSACIÓN A)

- ¿Qué pasa con mi cliché? Te dije que era URGENTÍSIMO y estamos a jueves y ni ficha ni ostias.
- Ya… disculpa, pero es que estamos muy liados, tenemos mas clichés para vosotros… En media hora te mando la ficha.
- La ficha tenía que haber estado aquí el martes joder. Pues tu verás como lo haces, pero quiero la ficha en 10 minutos, que yo a las 5 me voy y antes de irme tengo que darte el Ok. Y otra cosa te voy a decir, el cliché lo quiero aquí mañana como mucho a medio día. Tienen la máquina lista nada mas que para meterlo y arrear, así que no te puedes retrasar ni un pelo más.
- Pues… complicado eh… desde León no creo que te lo manden esta tarde, ya sabes que los mensajeros sólo están hasta las 7…
- Me importa tres cojones, me mandas mañana un inmediato y me lo tienen aquí antes del medio día o la tenemos, y muy gorda eh… te lo aviso. Que llevamos con el puto cliché toda la semana joder…
- Ok, la ficha te la mando ya mismo, y el cliché haré todo lo que se pueda… no te prometo nada, pero intentaremos que esté allí mañana.
- Ok, eso espero. Gracias.
- A ti. Ciao.


CONVERSACIÓN B)

- Oye Oscar, ¿qué pasa con mi cliché? Ya sabes que era muy urgente y hoy jueves aún no me has enviado la ficha.
- Ya… disculpa, pero es que estamos muy liados, tenemos mas clichés para vosotros… En media hora te mando la ficha.
- Ok, pero mándamela por favor, porque de esta nos cuelgan… Necesitaría la ficha antes de las cinco, que yo me voy y si no no te puedo dar el Ok, y además, es importante que tengamos el troquel mañana aquí. Tienen la máquina lista nada mas que para meterlo y ponerse a funcionar… a ver si puede estar aquí a medio día…
- Pues… complicado eh… desde León no creo que te lo manden esta tarde, ya sabes que los mensajeros sólo están hasta las 7…
- Ufff… a ver qué puedes hacer. Si no, mándame mañana un inmediato, pero por favor, que esté aquí el cliché mañana.
- Ok, la ficha te la mando ya mismo, y el cliché haré todo lo que se pueda… no te prometo nada, pero intentaremos que esté allí mañana.
- Ok, muchas gracias.
- A ti. Ciao.




Me encantaría haber tenido la conversación A) y haberme cagaoendios y en toloquesemenea, haber gritado, golpeado la mesa, amenazado y vetetuasaber cuantas barbaridades más… peeeeeeeeeero soy asinnnnnnnn de gilipollas, está visto, y me he conformado con la B) y encima con voz comprensiva y suave.

¿Y ahora qué? Mecawentó…. Por qué no me saldrá la bestia parda que llevo dentro cuando me tiene que salir?

PD: a las 5:15 me he ido… la ficha sin llegar. Mañana ya verás…le llamaré, pero la conversación será tipo A) o B)? (no sé ni para qué me lo pregunto…en fin)

martes, 8 de enero de 2008

Actitudes

Me tocan la moral algunas actitudes, sobre todo cuando no tienen justificación, o la justificación que las personas que la tienen intentan dar es totalmente absurda.
Dos ejemplos muy claros hoy:

Mi padre, esta misma noche (Aclaro: mi padre es el puto rey de las actitudes absurdas… será por eso que tiene el don de sacarme de mis casillas a la velocidad de la luz). Hace un rato veíamos las noticias, los deportes, para variar, y mira tú por donde se ponen a hablar de Ronaldinho y Deco, especulando sobre si sus lesiones son reales o no lo son – cosa que, sinceramente, me importa bastante poco. El tema es que sale el tío éste tan atractivo, Frank Rijkaard (léase “entrenador del Fútbol Club Barcelona”, para quien no lo sepa, cosa poco probable en este país de futboleros) hablando, con esa vocecilla que no le pega nada, todo delicado… y salta el Bocotas de mi padre: “anda que no se le nota…”. Yo, que le conozco como si le hubiera parido, sé perfectamente a lo que se refiere… y como me gusta discutir y me lo ha puesto en bandeja, le entro al trapo:

- ¿Que se le nota el qué?
- Pues que pierde aceite.
- ¿Ah si? Vaya, lo dices tu que llevas 20 años trabajando con José y tuve que conocerle yo hace unos años para decirte que, a pesar de estar casado y tener una niña, tiene un lío con tu compañero Rober… a ese si que se le ve a la legua majo.
- Pues no sé por qué no lo puede decir claro.
- ¿Quién? ¿José o Rijkaard?
- Rijkaard, si lo sabe todo el mundo, no sé por qué no lo dice.

Empieza a subirme la temperatura… me llevan los demonios cuando oigo a la gente hablar así, y más si es a mi propio padre.

- A ver papá, él puede ser lo que quiera, sin tener la necesidad de decirlo o no. De todas formas no se de dónde te sacas tu que el tío este es gay y que lo sabe todo el mundo. Aunque lo fuera, ¿qué? Me parece a mí que te gusta cada vez más hablar de oídas…
- ¡Por que tú lo digas! ¡¡ Pero es que no lo ves ¡! – bien, se empieza a encender… comienza la diversión…
- ¿Pero qué hay que ver? ¿No es un entrenador de fútbol? Pues eso es lo que te tienes que limitar a juzgar, si lo hace bien o mal. Qué más te da con quién se acueste.
- ¡¡Pues que lo diga!!
- ¡¡Pero qué coño tiene que decir!! Joer, te pareces a los del Salsa Rosa, esos que no soportas ver en la tele… Además, acaso tú cuando te presentas a alguien dices “hola, soy Fulanito, y soy heterosexual” ¿A que no? ¿Pues por qué coño tiene que dar él explicaciones de su vida privada?
- ¡¡Pues porque es gay!! ¡¡ A quién quiere engañar!!
- Y dale… ¡¡Y qué coño pasa porque sea gay o no lo seaaaaaa!! – lo malo que tiene esto de calentar a mi padre, es que yo acabo calentándome más aún, y suelto perlitas… - Mira chato, ¿tu te acuerdas de esa frase que tu me has dicho mil veces?
- De cual a ver.
- “No hay cosa peor que un facha de mono” ¡¡ Pues ya estás hablando como ellos!! Ahora que si los gays, luego que si los inmigrantes, mañana que si los negros… Papa papa… parece mentira que tú me digas eso. No te reconozco.
- Anda anda, tira y recoge la mesa que no me dejas oír los deportes.

Ya está, solucionado, “cállate y no me digas verdades, que joden”. Eso es lo que le pasa. Y me crispa, me crispa mucho que precisamente la persona que me inculcara a mi ciertos valores, ahora se los pase por el forro de los cojones. ¿Acaso me enseñó algo en lo que no creía? ¿O es que los tiempos cambian y lo que antes era blanco ahora es negro? Y lo peor es que no se aviene a razones… aunque mejor no dar razones absurdas a tener que oír las que escuché esta mañana mientras fumaba en la calle.

Hablaban dos compañeros de fábrica. Una chica de unos treintaitantos y un chaval de a penas diecisiete. El chaval, hijo de uno de los encargados, empezó a currar allí este verano y al final se ha quedado. La conversación era la siguiente:

- ¿Al final te quedas, no?
- Si, ya me han hecho otro contrato.
- Y entonces, ¿ya no estudias?
- ¡¡Qué va!! ¿Para qué? Teniendo un curro ya no me hace falta. – tono de listillo y enteraillo total, que ha mantenido durante toda la conversación.
- Hombre, pues siempre está bien tener una base.
- Si, ya, pero no veas lo caros que estaban los libros. Y encima que si bolis, cuadernos, lápices y de todo, venga a soltar dinero.

No me he podido contener…

- Claro – he dicho, tono irónico por supuesto – es una putada gastarte una pasta para no aprobar, no? Y tu padre te habrá dicho que para hacer el vago más vale que dobles los riñones.
- Buahhh es que yo paso de ir al instituto. No hay nada más que empollones, qué asco me dan, nada más que estudiar y estudiar. Total, ¿para qué?
- Ya… para qué… - de verdad que no me explico tal mentalidad.
- Y encima pido una beca y no me la dan. Llega otro detrás de mí y se la dan.
- Hombre… seguro que el otro era un empollón, no?
- Siiiiiiiiiii, mecawentó, so gilipollas, y se la dan a él. ¡¡ Pues no se por qué ¡!
- Claro… y no sabes por qué… - no te jode, si quieres te la dan a ti, so zoquete de los cojones, a ti, pa que te la gastes en porros o en irte a los recreativos, en lugar de dársela al empollón pa que se lo gaste en libros…


Acto seguido se queja del frío que hace en la nave, de lo que cortan los cartones, de lo chungo que es trabajar en una máquina a destajo…

- Aaaaaamigo… ¿hace frío ehhhh?
- ¡¡Ya te digo!! Pero tu ni te enteras ahí en la ofi, to calentita, con tu musiquita, a tu rollo… eso si que es vida!!
- Ya… en fin… que para qué sirve estudiar…

Mutis por el foro. Agacha las orejas y se va, aunque sinceramente, no creo que haya pillado mis ironías, para qué engañarnos.

Actitudes sin argumento, sinrazones de la vida. Un crío que dice que estudiar no sirve para nada, y un padre que se salta los valores que él mismo me enseñó. Vaya tela… ¿y ésta es la sociedad en la que vivimos? Perdónenme la sinceridad, pero ¡¡vaya mierda!!

Regalo de Reyes

Por fin, punto final a la Navidad. No es que este año haya sido especialmente cansina, pero me vienen largos estos días.

Acabo de quitar la mierda de belén que me habían puesto en recepción... menos mal, estaba ya hasta los cohone de que pasara por aquí el gracioso de turno a ponerme al buey en el lugar del niño Jesús, al pastor de angelito, o a pintarle con un rotulador rojo los labios a la Mari. Hasta un poquito mas arriba de los cohone estaba ya de abrir los 300.000 mails de Feliz Navidad que mandan los clientes, proveedores y demás personajes. Todos igualitos “con nuestros mejores deseos”, para luego estar durante todo el año dándote por el culo si te dejas, y si no, también. Y ya ni te cuento hasta dónde estaba de abrir los 700.000 crismas* que nos han enviado a la empresa.
*[ crismas y no christmas o como leches se escriba, pero digo “crismas” por que es eso lo que a veces me hubiera gustado abrir jajajaja la crisma de alguna gentecilla]

Ya sólo nos queda aguantar un par de días aquello de “¿Qué te han traido los Reyes?”. Vamos a ver, y para que no tenga que responder por enésima vez esa pregunta:

Nada, no me han traído nada, han pasado de largo, he debido ser muuuuuy mala y más que voy a serlo!!!!

Y ahora, dicho esto, me quitaré el traje irónico-sarcástico y me pondré el erótico-festivo jajajjajajaa hoy mas festivo que erótico, para qué engañarnos, que son las 8 de la mañana y el erotismo no sé dónde lo tengo.

A decir verdad sí que me trajeron un regalito los Reyes... uno No material, uno de sentimiento, uno que... a poco me hace llorar. El día de Reyes nos juntamos toda la familia: abuelos, tíos, primos, hijos de primos... es el cumple del Gran Jefe. Y claro, iba la hija de mi primo el mayor, L. L tiene tres años y medio, y nos llevamos bien, hasta cuando discutimos jajajaja y es que me encanta chincharla y hacerle rabiar, llevarla la contraria y sacarla de quicio, porque tiene mucho genio (tanto como su padre o yo misma jajaj es genético) y me hace mucha gracia cuando se enfada o cuando la pongo tan nerviosa que me agarra la cabeza y me apretuja y me muerde jajajajaaaaaaaaaa me parto sólo de acordarme. Y claro, le va la marcha, y si paso de ella, viene a buscarme.

El día de reyes, como ya he dicho, todos en casa de los abuelos. Veintidós personas... no es poco el jaleo que se monta jajajaja que si la abuela dando voces, que si el abuelo pidiendo silencio porque está al teléfono, tio A.L. contando chistes, M.V contando penas, la pequeña I durmiendo, A dando grititos... vamos, lo que viene a ser una familia normal jajajaja. Y allí estamos L y yo. De entrada me voy a buscarla y a darle un achuchón, que como de costumbre, me niega. Me da la espalda y me ignora. Ok, perfecto, empieza el jueguecito... en el fondo quiere que la pinche, pero hoy no, hoy paso. Me voy al salón y sigo a mi rollo. Viene... como yo no la hago asunto, busca a mi hermana, y mientras juega con ella me mira de reojo, como provocando. Yo paso, a mi rollo, y así sucesivamente durante todo el día. A veces viene y me dice algo, y luego hace como que se enfada y se va. Hasta que llega la hora de irnos. Cuando estoy buscando mi abrigo, noto unas manos por mis piernas... y no precisamente en plan erótico jajajajaja. Miro hacia abajo y allí está ella, pidiéndome que la coja. La aparto y la digo: “pero si no has querido ni arrimarte a mi en todo el día pájaraaaaaaaa, ¿ahora qué quieres?”... insiste en que la coja... y yo, que soy una blandengueeeeeeeee la cojo y me la como a besos, y la muerdo y le hago cosquillas. Se parte de la risa, y yo también. Entonces paramos, y aún en mis brazos se aparta para mirarme a los ojos y me dice “Te quieeeeeeeerooooooo”, y me da un beso y después un abrazo de oso... y yo me quedo como alucinada, no lo esperaba, y aprovecho su abrazo para que no se vean las lágrimas que empiezan a rondar mis ojos... “Yo también te quiero peque, mucho mucho muuucho”. El te quiero más bonito que me han dicho en mi vida me lo ha regalado una mocosa de tres años. El mejor regalo de Reyes.

Y dicho esto, a currar... que los Reyes bien podían haberme traído los clichés que necesitaba, y no que tengo que ponerme yo ahora a reclamárselos a los proveedores, esos mismos que con sus mejores deseos nos felicitaban el año, y que hoy me van a decir que los clichés tardarán una semana en venir y que me joda. Mecawento...

jueves, 3 de enero de 2008

Le fabuleux destin d'Amélie Poulain

Amelie me encanta, tanto la película como el personaje y la historia en si. Podría decir que es mi película favorita. Hace poco he leído varios post en relación a esta peli y he visto cómo bloggers colgaban fotos de este film y su protagonista en sus blogs... me gusta que a la gente le guste.

A veces me siento un poco Amelie y hay varias escenas de la película que me sugieren que nos parecemos un tanto. Por ejemplo: a Amelie le gusta mirar hacia atrás en el cine para ver la cara de la gente mientras ven la peli. Siempre lo hago, y no sólo en el cine. El domingo pasado en el concierto de Fito miré casi tantas veces hacia atrás como al escenario. Es genial ver la cara de disfrute de la gente mientras canta, baila, salta y grita escuchando algo que les encanta.

A Amelie le gusta jugar... no hay mas que ver cómo hace creer a su padre que el gnomo del jardín está viajando por todo el mundo. Le gustan las intrigas, y desvelarlas, como descubrir quién es verdaderamente ese hombre que aparece en varias fotos de fotomatón hechas por toda la ciudad... no para hasta conseguirlo y desvelarle el secreto a Nico.

Nico... y ahí llega el punto mas mágico de toda la historia. Nico y Amelie, un juego entre dos desconocidos destinados a encontrarse... ¡¡y qué encuentro!! No puedo quitarme de la cabeza las escenas finales donde por fin se tienen delante. Primero Amelie, cocinando su pastel de ciruelas, soñando despierta... me encanta el momento en que en su ensoñación ve como Nico hace sonar la cortina de cuentas y en realidad suena, y ella se entristece porque tan solo era el gato haciéndola sonar... cuántas veces me habrá pasado... Pero sobre todo me hechiza – porque realmente es magia – cuando ella corre hacia la puerta, decidida a buscarle y cuando la abre él está alli... Y sin hablar le hace entrar, tirando de las solapas de su chaqueta... se miran ¡cómo se miran! Cómo la mira cuando le da los tres besos, lentos, suaves... Me parece toda una declaración de amor sin palabras, con tan sólo tres besos se lo dicen todo.

Aquí el motivo de este post. Los besos tienen un significado que cada uno le damos... yo tengo claro qué significan para mi los tres besos que Amelie y Nico se dan...

¿Qué simbolizan para el resto de la gente? ¿Qué simbolizan para ti?

Aquí toda la escena final, incluida la de los besos... merece la pena verla.

martes, 1 de enero de 2008

1 de enero de 2008

Feliz año nuevo.

Sé que lo será para mi, feliz y muchas cosas más. Ayer tuve un chivatazo, una señal, y lo sé, estoy segura. Todo lo que he sembrado tiempo atrás empezará a ser recolectado este año. De hecho ya ha empezado el tiempo de colecta. Primer tramo de escalera superado; sigo subiendo.

A primeros de diciembre hice balance con resultado neutro, pero me anticipé; no había terminado el mes, y he de decir que el resultado ha variado considerablemente pasando a ser positivo, sobre todo en terreno laboral. He sido felicitada por mis superiores, y no sólo eso, sino que mi esfuerzo ha sido gratificado considerablemente – tanto que no quepo en mi de gozooooooo. Atrás quedan otros tiempos menos fructíferos pero se que los venideros lo serán, y mucho. Espero que tanto progreso no se limite tan sólo al trabajo, y se que no será así.

Como ya he dicho, anoche tuve una señal (podéis pensar que estoy loca si así lo consideráis), y esa señal me hace estar segura de que el 2008 viene lleno de regalos. Justo un minuto antes de que el carillón del reloj de la plaza del Sol bajara, la botella de cava se descorchó sola, sin que nadie la tocara. Nos quedamos en silencio, mirándonos unos a los otros, sin saber muy bien cómo reaccionar. Me levanté, llené las copas y les hice brindar. Brindamos, antes de que acabara el año, antes que nadie, sin haber comido las uvas; así debía ser. Después, como todos, nos atragantamos en las campanadas, y entre risas volvimos a brindar, a abrazarnos y besarnos, a emocionarnos… Despliegue de fuegos artificiales en mi calle… no pude resistir sacar medio cuerpo por la ventana y mirar al cielo, y no sólo a la pólvora. Tampoco pude ni quise evitar irme anoche a la cama con los zapatos mágicos y unas ganas tremendas de soñar.

No salí de fiesta, pero tampoco dormí nada. He pasado la noche soñando despierta, viviendo momentos aún no inventados, pero posibles este año que entra. La última flor de la margarita me dirá si los viviré o no; de momento seguiré deshojándola intrigada.

He soñado un amanecer distinto, primer regalo del año, y después he salido a la calle, bajo la escarcha, en búsqueda de la primera aventura de éste 2008, y ha sido un día genial. Llego rendida de sueño y cansancio, pero con tanta fuerza que le he pegado una patada a los restos de tristeza del 2007 y después los he enterrado bajo la nieve; no volverán. Ahora espero con ojos y brazos abiertos todo lo que me traiga el 2008.

Mañana vuelvo a currar, fin de las vacaciones, y aunque parezca mentira, tengo ganas. Y tengo ganas también de que llegue el día 3… voy a ver a un Rey Mago y le pediré un regalo. Hace años que no les escribo, a ninguno de los tres, porque nunca me traen lo que pido. Pero este año quizá me escuchen y compensen tantas noches de Reyes sin el regalo deseado. La magia existe, no? Quizá esta vez si me lo concedan.

Nos vemos!

Patri