jueves, 31 de julio de 2008

Deseos...

Llegué a casa muy cansada, había sido un día duro en el trabajo: muchas prisas, clientes exigiendo, proveedores fallando, compañeros crispados… y yo luchando por mantener mi buen humor, por forzar sonrisas, por modular la voz, por superar el día. Para colmo al volver a casa pinché una rueda… Después de horas en un taller saturado de futuros veraneantes poniendo a punto sus coches, llegué a casa. Sólo quería silencio, sólo quería relax.

Cené cualquier cosa mirando sin ver la tele. Ni si quiera pensaba. Recogí los platos mientras me imaginaba tomando una ducha tibia, larga, muy larga. Buena idea, quizá así consiguiera descansar.

Me solté el pelo. Abrí el grifo, y mientras se graduaba el agua me desnudé frente al espejo. Me miraba a los ojos, reconociéndome en mis ojeras, en mis cabellos despeinados, en mi cuerpo desnudo… Casi sin darme cuenta el agua empezó a cubrirme. Me había metido en la ducha. Enjaboné el pelo, masajeando la cabeza con los ojos cerrados. El chorro de agua caía sobre mi espalda, tibia, casi fría. El frescor me invadió y pareció serenarme. Con movimientos lentos fui pasando la esponja por todo mi cuerpo, despacio, suave, acariciando… quería mimarme, lo necesitaba. Con los brazos caídos dejé mi mente ir, mientras el agua me limpiaba. Me concentré en su sonido, en el goce que provocaba en mi piel… el día terminaba y llegaba la noche, nuestra aliada.

Me sequé y desnuda caminé hacia la cama. Mi pelo, aún mojado, caía sobre mi espalda. Un escalofrío de placer me recorrió el cuerpo cuando entré en contacto con las sábanas, limpias, suaves, frescas. Me envolví con ellas y me giré, contra la pared, de espaldas a la puerta. Se acercaba el momento…

Cerré los ojos y abrí la sonrisa; ya te presentía. Entraste por la puerta, tranquilo, sigiloso. Yo no te veía, pero sabía que me mirabas, de pie tras de mi, adivinando mi desnudez bajo las sábanas. Lentamente te quitaste la ropa, dejándola caer al suelo. Casi podía sentir tus ojos clavados en mi espalda. Despacio te acercaste a mí, levantaste la sábana y te metiste en la cama. Podía sentir tu aliento en mi nuca, y tu lo sabías… sentiste como toda mi piel se estremecía justo en el momento en que te pegaste a mi, abrazándome. Yo me hacía la dormida… tu sabes cuánto me gusta jugar y hacerte sufrir, de mentirijillas, igual que sabes que poco durará el juego de resistirme a tus manos, a tu boca, a tu sexo… por eso me seguiste el juego.

De pronto tus labios rozaron mi hombro, subiendo hacia mi cuello… lento, muy lento, sin apenas tocarme. Y tu mano emprendió el camino que cruza mis piernas hasta mi espalda. A penas podía contener el aliento que se me escapaba con cada caricia, y tú sonreías sabiendo que pronto me rendiría y entonces se acabaría el juego. Besaste mis mejillas hasta llegar al lóbulo de mi oreja, mientras me abrazabas un poco más fuerte, acercándome a tu pecho. Tus manos, hábiles, habían dejado el camino para adentrarse en el sendero de mi pecho. Me giré, se acabó el juego. Incapaz de resistir sin verte, sin mirarte a los ojos, sin besarte, sin poder acariciarte.

Nos hicimos el amor, en un silencio lleno de palabras no dichas, de gritos en las miradas. Nos negamos el aliento propio buscando el del otro, respirándonos en cada beso. Abrazados nos estremecimos, ahogándonos de tanto amor regalado. Sonreías, esa sonrisa que sólo tú me sabes dar y que yo necesito sentir como mía… y yo, abrazada a tu pecho, me dormí.

Me desperté sin abrir los ojos, intentando retener el momento; aún estabas conmigo. Amanecía y yo, acurrucada en tus brazos, era feliz. Pero no quería abrirlos… tal vez si lo hacía te evaporarías. Tú también te despertaste, te oí bostezar. Me miraste, besaste mi frente y sonreíste mientras me abrazabas un poco más fuerte. Susurraste un te quiero… y entonces yo, impaciente, abrí los ojos para verte…



Y ya no estabas…tan sólo era un sueño.

martes, 29 de julio de 2008

Pies

Hoy me he mirado a los pies y he sabido…

Que me encanta mirar al cielo sabiendo que piso el suelo, aunque sea de puntillas.

Que me gusta andar descalza pisando flores, hierba, tierra, hielo o incluso brasas.

Que son ellos quienes, a cada paso, me mantienen firme en el camino.

Que en los talones siempre llevo prisa por escapar del vacío, del desencuentro, de la soledad no elegida, de las lágrimas tristes, de la deriva.

Que mis dedos son garras que me sostienen en cualquier puente inestable colgado en el abismo, que por ellos nunca caigo, al menos no del todo. Ellos resisten hasta que mis alas me elevan de nuevo.

Que las durezas no duelen, sólo quedan visibles, como marcas, para no olvidarlas.

He sabido muchas cosas que tal vez ya sabía de antes…

¡¡Pero lo que no sabía es que soy una cacho de guarra!! ¡¡Llevo los pies negros!! Y es que eso de llevar chanclas o andar descalza para todo no ha de ser bueno.

A ver si voy a ser descendiente de la tribu de los pies negros, y yo sin saberlo… (vale, vale, no tengo excusa, soy una cacho de cerda)

Adjunto foto, que aunque no es de mis pies, bien podrían serlo esta tarde cuando llegué a casa. ¡¡Qué cerda!!

domingo, 27 de julio de 2008

La caja de música



Y de pronto…

Se abrió la caja de música dejando escapar los acordes de un piano. Se erizaron todos y cada uno de los poros de mi piel. Cerré los ojos; sonreí.

Sueños bordados con plumas blancas… burbujas de jabón… hadas, duendes, elfos… brillantes fuegos artificiales silenciosos. Piano. Manos invisibles creando magia. Esperanza. Cerrar los ojos, respirar. Y una lágrima… y más sonrisas. Sólo piano, sólo mis latidos, mi respiración. Sólo sueños.

Y no quiero cerrar la caja. Todavía no. Quiero escucharla una vez más, es sólo un momento… déjame soñar, y después la cierro, y la guardo… pero la dejo a mano para seguir soñando.

miércoles, 23 de julio de 2008

Una carta doblada.

Hoy encontré una carta, doblada en mil pedacitos. La desdoblé con cuidado y leí...

“A veces pienso que nada fue verdad, que tal vez ni si quiera existió, sino que fue producto de mi imaginación, que todo fue una farsa. Tal vez... tal vez todo fuera una novela que escribimos entre los dos, sumergiéndonos tanto en sus letras que se nos olvidó que no era real.

Otras... otras veces siento firmemente que lo viví, como nunca había vivido algo así, que fue real para ambos, que el torrente que me desbordaba de veras existió, que me empapé de sus aguas... hasta ahogarme.

¿Sabes? Prefiero pensar que de veras me quisiste, que de veras sentiste todo aquello que decías, porque yo si lo sentí, sin ninguna duda. Algo así no se puede fingir... y si lo hiciste, no quiero saberlo. Quiero guardar el recuerdo de todo aquello que me diste, de aquello que hiciste florecer en mi, y que nunca olvidaré.


A veces aún me sorprendo acordándome de ti, de cosas tuyas, nuestras... la cosa más sencilla puede traerte de vuelta a mi mente por unos segundos: un mensaje en mitad de la noche, la luna guiñándome un ojo, una foto entre los escombros... hasta la etiqueta del bote de champú. Y me río de mi misma... y me digo que soy idiota por pensar que tal vez tu también te acuerdes de mi a veces, por pensar que tus recuerdos de aquello también sean bonitos.


Nunca lo entendí ¿sabes? Nunca. Como tampoco entiendo que por más que trato de mirar adelante siempre hay un golpe de aire que me trae algún recuerdo.


Te voy a contar un secreto: iba irme unos días, a hacer un viaje que debí hacer en su momento, un viaje que me arrepentiré siempre de no haber hecho cuando tuve que hacerlo. Pero ahora... ahora ya no puedo. Creo que aún estaría tentada de ir a ese lugar a buscarte en las miradas de la gente... y sé que te encontraría. Ya ves, he deshecho la maleta, me he vuelto una cobarde... ya iré... tal vez. No estoy lista para encontrarte, y quizá tu no quieras que te encuentre.


No voy a enviarte esta carta, aunque tal vez la leas, y en realidad no sé si prefiero que lo hagas o no.

El tiempo, el viento, la distancia... todo se cura y sana. No así el recuerdo.

Se feliz. Un beso.”


He vuelto a doblarla y a dejarla donde estaba... no quiero que su dueña la eche en falta.

lunes, 21 de julio de 2008

Diagnóstico

En consulta médica, septiembre de 2003:

- Vengo a recoger los resultados de mi resonancia.
- Aquí los tengo... pero esto ya estaba diagnosticado ehh, el resultado es POSITIVO.
- ¿Cómo? ¿Positivo de qué? A mi nadie me ha dado ningún tipo de diagnóstico.
- Si si, usted lo que tiene es un tumor en la cabeza.

Fundido en negro. Caída al vacío. Adiós al oxígeno. ¿La caja pino o caoba? Me voy a morir.

Era yo quien recogía los resultados de una resonancia magnética y a quien le acababan de soltar así de insensiblemente, sin una pizca de tacto, a bocajarro y sin anestesia un diagnóstico aparentemente de gravedad. El señor con carrera de medicina – que no médico, porque médico es otra cosa y no eso - que estaba frente a mi no me dio muchas más explicaciones. Se limitó a derivarme a endocrinología.

“Endocrinología??? Me acaba de decir que tengo un tumor en la cabeza, no debería enviarme a neurología o algo así?¿No me va a explicar qué es lo que tengo?”

Eso pensaba, me quedé como en blanco, perdida, no reaccionaba. Miraba a mi madre, sentada al lado mío, y estaba más blanca que yo. Tumor en la cabeza. Tu-mor-en-la-ca-be-za. Sólo era capaz de escuchar esas palabras rebotando en mi mente.

Afortunadamente, ni todos los médicos son como aquél señor, ni tumor en la cabeza es sinónimo de gravedad. Me moriré si, pero cuando me llegue la hora, como todos, no por aquél tumor.

Horas después un Médico me explicó que los microadenomas hipofisiarios (que así es como realmente se llama ese tipo de tumor) no son de gravedad, y menos cuando son de 0.03mm como el mío. Simplemente se trata con medicación y se disuelve.

Bueno, que no voy a entrar en temas médicos ni a explicar lo que tengo o he dejado de tener. Yo lo que reivindico es sensibilidad y empatía a la hora de dar los resultados médicos a los pacientes, sobre todo cuando no son favorables. Que tener un título colgado en la pared donde diga que eres médico no te autorice a ser un insensible. Que no den por hecho que conocemos sus tecnicismos y nos expliquen los diagnósticos lo más claramente posible. Que no somos números, que somos personas. Que a lo mejor ellos diagnostican 200 veces al día un cáncer de próstata y ya hablan de ello como quien habla de lo cara que está la gasolina, pero que no olviden que sus palabras afectan a quien las recibe, a quien las escucha, que lo que tienen enfrente es una persona asustada, ignorante de lo que padece. Que hay muchas formas de decir las cosas siendo sinceros, directos, pero con tacto, respeto, sensibilidad. Me cabreó, me cabreó muchísimo toparme con aquél señor de bata blanca carente de todo esto, porque yo, al fin y al cabo, no he sido nunca aprensiva – y desde entonces mucho menos – pero pienso en todas las personas que sí que lo sean y hayan tenido que escuchar diagnósticos así y me dan ganas de estrangularle.

Hoy vengo del Médico, uno de verdad, uno que ha tenido mucho tacto para decirme lo que me ha dicho, pero que bien podía habérselo ahorrado. Hoy no quería tacto, hoy quería que me lo dijera a bocajarro, sin anestesia, en plenas facultades y a pleno pulmón.

21 de julio de 2008. Resultado de la RMN: NEGATIVO.

jueves, 17 de julio de 2008

A conciencia tranquila

Ayer Alguien quiso hacerme mucho daño. Ayer Alguien descargó toda su rabia contra mí. Quiso herirme clavándome puñales envenenados, uno tras otro, escupiendo palabras cargadas de ira. Quiso hundirme, echarme al suelo, pisar mi cuello y no dejarme levantar. Quiso encerrarme, retenerme... y después se aferró a mí desesperadamente para no dejarme ir... Pero me fui.

Me dio pena, mucha pena, pues no hiere quien quiere, sino quien puede, y no pudo herirme, ni un rasguño. No recibí un solo golpe de los que me lanzó, ni sentí una sola de las puñaladas que me asestó. No sentí nada... asistí al maltrato al que se me quería someter casi indiferente. Me limité a dejar que se desahogara, que se vengara de mí... Alguien quería hacerme daño porque yo se lo había hecho antes. Con una diferencia: Alguien estaba haciéndolo a conciencia, adrede. Yo no, el daño que yo causé no fue intencionado ni mucho menos... Simplemente mi culpa fue no mentir, no fingir, y no tener poder sobre lo que no se manda, sobre el corazón. Culpable por no poder dar lo que se me exigía, culpable por no poder ser la actriz principal de su obra, por no querer interpretar un papel. Y por eso quiso matarme con palabras, volcar su impotencia sobre mí y ver si así me dolía, comprobar si era capaz de sentir por él, aunque fuera dolor.

No sentí. No sentí dolor, que era lo que Alguien pretendía. Sentí pena, lástima, incluso impotencia por no haber podidio evitar la tragedia, aun habiéndola visto venir. Avisé, y el que avisa no es traidor, pero Alguien no quiso escuchar nunca mis avisos, los ignoró, y siguió adelante, hasta que llegó al precipicio. Si se ha caído, ¿qué culpa tengo yo? ¡¡Si yo le advertí!! “No sigas adelante, te harás daño... no sigas por ahí, que no hay salida... frena, que te estás acelerando...” y no hizo caso, y se cayó. Y ahora me culpa a mí de no haber sido su paracaídas. No me siento culpable, y tengo la conciencia muy tranquila, por eso ayer no pudo destrozarme.

Hoy es Alguien quien se siente culpable, no yo. Por eso siempre, siempre actúo de manera que mi conciencia quede limpia. Si no lo hiciera así, hoy estaría muerta, o escuchando a mi almohada (que es mi conciencia) gritarme. En cambio, dormiré a pierna suelta.

miércoles, 16 de julio de 2008

Medicación...

He encontrado la solución a mi post anterior: "Contra la sodomización, medicación".

Y es que ha aparecido en el mercado un nuevo fármaco antidepresivo que me está ayudando a entender mejor las cosas de mi empresa y a estar más relajada en el trabajo, pero sobre todo a aguantar que X al completo me sodomice a diario. Ahora pongo el culo sin rechistar.

Empecé a tomarlo ayer y ya parezco otra persona, estoy más tranquila y no me altero por cualquier cosa, soy capaz de organizarme mejor y no tengo tanto trabajo atrasado, incluso estoy haciendo jornada intensiva.

Este nuevo medicamento ya está disponible en todas las farmacias y se vende sin receta. Ah! Se me olvidaba; va de maravilla para la conciliación familiar, así que ¿a qué estáis esperando?

Ainsss, yo estoy relajadísima oiga...




NdA: dedico este post a los terroristas del humor, por salaos ;)
http://terroristasdelhumor.blogspot.com
(la publicidad gratuita ya os la cobraré... en B, claro)

lunes, 14 de julio de 2008

Sodoma...

Tengo un cliente porculero. Sí, sí, porculero, es decir, que es muy dado a dar por el culo. Dicho esto aclararé que cuando digo cliente no me refiero a una persona física y a nuestra vida sexual… no, no, no, ¡¡mucho peor!! Me refiero a una Entidad al completo, con su Director General, su Gerente, su Dpto. Comercial, su Dpto. de Compras, de Ventas… incluso sus Vigilantes de Seguridad y sus Jarineros. Un largo etcétera de departamentos y personas (in)humanas puestas ahí nada más que para darme por el culo a mí.





Tanto así que a veces siento que le estoy dedicando mi vida a éste cliente de igual forma que las monjas le dedican su vida a un señor llamado Dios – que dicho sea de paso, a mí jamás me han presentado- . Al menos las monjas haciéndole trabajitos a ese Ser supuestamente Divino se ganarán un trato de favor a la hora del Juicio Final, y supongo que el tal San Pedro les dejará entrar en el cielo sin pasar por aduana y sin que les registren la maleta (bien por ellas… así no les pillarán los consoladores escondios entre los hábitos… ¿o eso es una leyenda urbana?). En cambio yo no dejo de preguntarme qué cojones me aporta a mí tener que poner el culo -sin vaselina- y hacer mamaditas de turno -sin rodilleras- a toda la Entidad X (llamémosle así, que nos viene al pelo dado el contenido sexual de mis palabras).

Si la comisión se la lleva el Comercial, si las palmaditas en la espalda se las lleva la Jefa de Departamento, si el beneficio se lo lleva el Gran Jefe… ¿por qué cojones no les sodomizan a ellos?

Día N: X quiere un pedido urgente de la muerte. 2500 unidades, para ayer.
Día N y ½: Planning me dice que imposible para ayer, que para dentro de una semana.
Día N y ½ + 5 minutos: La sodomizada - o sea, Yo- llama a X para dar fecha prevista de entrega.
Día N y ½ + 5 minutos 30 segundos: X quiere las cajas para ayer, y me dice textualmente: "Búscate la vida".
Día N y ½ + 6 minutos: Yo moviliza a media empresa, a todos los proveedores de cartón de la faz de la tierra e incluso a los GEOS para que busquen materia prima y la traigan ipso facto.
Día N y ½ + 15 minutos: localizada materia prima. Arrodíllate ante el Jefe de Fábrica para que paralice a la empresa entera y, como Fuente Ovejuna ¡¡todos a una!! se pongan a fabricar las cajas en cuanto llegue el cartón, que será el día N+1.
Día N y ½ + 16 minutos:
mi poder de persuasión ha surtido efecto (por favor, no preguntéis cómo convencí al Jefe de fábrica). Llamo a X para notificarle que ayer no, pero que mañana tendrá lo que desea (me falta añadir “si, mi amo”)
Día N y ½ + 17 minutos: X dice que ya no necesita ese pedido, que lo anule.

Instantáneo: Me cago en su puta vida (la de todos los que forman parte de X), pero por mi boca sale un “No te preocupes, yo anulo todo”, e inicio el mismo proceso anterior, pero a la inversa… toda una penitencia llena de disculpas y lo siento - de hecho, hasta me fustigo, espectáculo digno de ver.

Una semana después, en una de las enésimas llamadas diarias de X a mi empresa, me solicitan que reanude aquél pedido que anulé, y que sigue siendo para ayer (no el ayer de hoy, sino el ayer de hace una semana). Me cago en ese Señor que no me han presentado y al que dedican su vida las monjitas (lo siento, pero soy de pueblo, y a veces me sale la vena cazurra y bestiarraca…) y comienzo de nuevo con el procedimiento descrito anteriormente. Mejor no os cuento cómo se logra convencer al proveedor, al departamento de planning y al de fábrica para que de nuevo vuelvan a entrar por el aro y hacer lo que les estás pidiendo. Hombre, a decir verdad, influye el hecho de que haya una ley no escrita que dice que “Si X llama, te bajarás los pantalones en ese preciso momento y dejarás que te encule, seas quien seas en la cadena de fabricación”, palabra de Gran Jefe, te alabamos señor.

El tema es que, después de poner en marcha un pedido a la velocidad de la luz, después anularlo, y en menos de una semana ponerlo en marcha de nuevo y ya no para ayer, sino para antes de ayer… hoy ¡¡HOY!! y con la máquina puesta, el cartón troquelado y los palets casi preparados me vuelve a llamar X…¿adivinamos para qué? ¡¡Bingo!! ¡¡Para reducir el pedido a 80 putas cajas!!

¿Es o no es para echar espumarajos por la boca?

domingo, 13 de julio de 2008

El Paraíso

Una vez no hace mucho creí que el paraíso había dejado de existir, y me fui, errante, perdida, en busca de olvido. En cambio el destino me deparaba un encuentro, cara a cara, con el mismísimo cielo.



El paraíso existe.
Foto tomada en algún punto de la carretera de las nieves, Noruega.

miércoles, 9 de julio de 2008

Más contradicción...

Sigo siendo pura contradicción:

No quiero...
pero
... me apetece.

No soy lo que esperas...
pero
... ¿vienes a verme mañana?

Quizá me equivoque...
pero
... la puerta está abierta, pasa.

Despacio...
pero
...corre.


No...
pero
... si.

Sola...
pero
... contigo.

Tengo miedo...
pero
... tengo ganas.


Y así siempre.

Si no me entiendo yo... ¿cómo vas a entenderme tu? En cambio, por extraño que parezca, creo que lo haces.

lunes, 7 de julio de 2008

Nubla

Como siempre, me entero la última de todo… He descubierto hace bien poquito a Nubla, ¡¡y me la llevo perdiendo dos discos!! Menos mal que nunca es tarde… y llevo días escuchándolos a conciencia, para recuperar el tiempo perdido.

La descubrí con Día a Día, una canción que me llena de buen rollo y no me deja estar quieta… "desdichosa tu eres entre todas las mujeres… estoy cansada de consejos, de mirarme desde lejos y dudar de lo que veo en mi…" . Pero con Malquerida acabó de enamorarme. Malquerida "…un grito sosegado y hermoso contra el rechazo" he leído por ahí que dicen.

Escuchen, y juzguen.



domingo, 6 de julio de 2008

La fuga



Y al salir de su casa aquella mañana...

"...vacío, como el corazón del rico, como el bolsillo del mendigo, como los besos de alquiler.Confuso, como una noche sin abrigo, como las frases que ya no te escribo pa' que vuelvas otra vez..."

Como una fuga, con las ventanillas bajadas y la música muy alta, con el pedal a fondo… huía, si, de mi, de mis recuerdos, de mis palabras, maldita memoria… y yo vacía, confusa, absurda, inútil, triste, sola.


jueves, 3 de julio de 2008

Judas

Y al llegar el alba el gallo cantó.
Tres veces me habías negado, tres.
Un puñado de monedas te bastó
para venderme al olvido.
Y ahora que camino descalza,
ahora que el polvo me cubre los pies,
siento tu mirada tras de mi.
No voy a girarme y ver
la culpa que tus ojos reflejan.
No voy a girarme y decir
que no hay perdón para ti.
No es a mi a quien traicionaste.
¿Podrás perdonarte?
Yo si, pues la cruz apenas pesa ya,
casi no siento las espinas de mi corona,
ni tan si quiera pueden perturbarme las lanzas.
Y ahora que lavo mis manos
después de arrancarme los clavos
ya no es sangre lo que brota,
sino sal y arena.

miércoles, 2 de julio de 2008

La máscara

- ¿Por qué me miras así?
- No se… te veo distinta, estás cambiada.
- ¡Qué va! Sigo siendo la misma.
- Pues… no lo parece…
- Anda, no seas idiota. ¡Acércate! Y mírame a los ojos…

Y se acercó, con cautela… y miró la profundidad de sus ojos, despacio, sumergiéndose en ellos…

- Tienes razón… eres tu.
- ¿Lo ves? Te lo dije. Soy la misma.
- Pero entonces… ¿por qué no me lo pareces?
- Debe ser por la máscara. Si no miras más allá, no me verás.
- ¿Y por qué te la pusiste?
- …


Me la pusiste tú.

martes, 1 de julio de 2008

Cuando en la guerra todo vale...

- Tenemos que vernos.
- ¿Para qué?¿qué quieres de mi?
- Saldar cuentas.
- Yo no te debo nada.
- Pero yo a ti si. Te debo una batalla. Esto ya es algo personal entre tu y yo.
- No es necesario.
- Si que lo es. En la anterior gané yo.
- No es verdad, ganamos los dos.
- Sabes que no... y esta vez te toca ganar a ti.
- No me gusta pactar las victorias, ni las derrotas.
- No es un pacto, es una amenaza.
- Sabes que no te temo.
- Lo se. Pero esta vez ganarás.
- ¿Estás seguro? Yo creo que volvería a perder, soy especialista en perder este tipo de batallas.
- Cierto... nadie pierde como tu. ¿Cómo lo consigues?
- ¿No lo sabes?
- No.
- Dejo el alma a los pies de la cama.
- Eso no es cierto, porque la entregas en el campo de batalla.
- Tal vez... quizá no tenga corazón.
- Si que lo tienes, lo he visto.
- Puede que lo hayas visto, pero jamás te atrevas a tocarlo.
- No lo haré, sabes que lo que hay entre nosotros no tiene nada que ver con él.
- Lo se.
- ¿Aceptas entonces ganar?
- No. Es más, esta vez no voy a luchar, sería de cobardes hacerte frente. Prefiero huir.
- Eres valiente. La huida no será fácil.
- Lo se.
- Siento no ser un rival digno de ti.
- Lo eres, pero no quiero luchar contigo. Tú no eres el elegido. Por eso mismo siempre ganas y yo pierdo... con él ganaría sin esfuerzo, siempre.
- ¿Por qué?
- Porque él si puede tocarme el corazón y robarme la fuerza, debilitarme y hacerme prisionera. Con él todas las victorias serían mías.
- ¿Y lo sabe?
- No. Si lo supiera, lucharía.
- Pobre infeliz... yo vendería mi alma al diablo por perder contra ti.