jueves, 13 de diciembre de 2007

Noche Vieja: la noche ¿perfecta?

31 de Diciembre...todos los años la misma canción, que si la noche mágica, que si la mejor noche del año, que si las mejores galas, que si los mejores manjares...todo perfecto no?? ¿¿Seguro que sale todo perfecto?? Ya…

Primero hay que elegir lo que uno se va a poner, porque claro, es la noche mas especial del año, y hay que ponerse muy guapa, aunque para ello haya que pasar casi por el quirófano. Un día cualquiera a finales de noviembre resulta que por casualidad vas a una tienda y encuentras un vestidito monisimo, negro, tu talla…Aun queda mucho para Noche Vieja pero tu te lo pruebas, ¿y si se acaban que, eh? Te miras y te remiras en el espejo y como que no te ves… claro, tu siempre tan sencilla y discreta que hoy que te vistes de princesita ¡¡ te parece que vas disfrazada!! Peeeeero, siempre está esa amiga majetona que te dice eso de "tía, que bien te queda, tía llévatelo, tía" y tu, como es tu amiga, le haces caso y te lo llevas…y es que si no lo haces corres el riesgo de que llegue el 31 de diciembre por la mañana y no hayas encontrado aun nada que ponerte, y sería mucho peor, porque acabarías plantándote unos vaqueros...y claro, esa noche, como marca la sociedad – y casi hasta la ley - hay ponerse de gala.

Ya tienes vestido; ahora solo te queda el bolso, los zapatos, la ropa interior, algún complemento tipo pendientes, collar, y pedir hora en la pelu...¡¡ vamos, que no te queda nada!!

Otro día al azar encuentras unos zapatos ideales...pero ¡¡ohh, caspita!! ¡¡no los tienen de tu número!! Recórrete todos los Zaras de la comunidad de Madrid para encontrarlos; total, para luego acabar con ellos en la mano… o se te rompan según bajas del coche para entrar en el garito a donde te vas de copas (hecho real, le paso a una servidora…)

Ya te queda menos: tienes vestido y tienes zapatos. Decides que bolso no vas a llevar porque si vas a una fiesta con barra libre no vas a necesitar llevar monedero ni nada, al menos a mano. Pero somos mujeres, no lo olvidemos, y no sabemos ir sin bolso, así que concluyes que o tu amiga o tu llevareis uno, ¡pero uno solo, y para las dos!! Le dices a tu amiga que se lleve el suyo, que es muchísimo mas mono y le ha costado un pastón, hay que lucirlo. En realidad solo estas pensando en librarte de ir cargada toda la noche con un bolso… ¡¡Ilusa!! Lo lleve quien lo lleve, cargaras tu con el.

Y ahora ya si que lo tienes todo, porque nosequien te deja sus pendientes y un collarcito que te van como anillo al dedo con el vestido. ¿Lo tienes todo? ¿Seguro? ¡¡Las medias!! Yo soy un caos con las medias, así que el día 30 me suelo dar cuenta que no tengo medias... Ala Patricia, hija, corre y vete a por medias, y cómprate un par de ellas, porque conociéndote, te las cargas antes de salir de casa (en la ultima Noche Vieja en la que salí, tres pares ¡¡tres!! me cargue antes de salir de casa… me fui sin medias)

Todo listo y al armario, a la espera de que llegue el día 31, la dichosita noche perfecta...
Del menú no hablo, pero vamos, siempre pasa lo típico, algo tipo “se me ha quemado un poco el asado”, “se me ha olvidado sacar del congelador los langostinos”, “esta mayonesa nos ha dado diarrea”…

Por otro lado esta la fiesta… porque habrá que ir a alguna, no? ¡¡Por algo te has comprado el disfraz de cenicienta!! Iras, si, a que te claven un puñado de euros y te metan garrafón, pero no te vas a quedar jugando al parchis o viendo a Ramón García, ¿no?... pues no se yo si no será mejor…

Y después de tanto preparativo te puede pasar lo que me paso a mí hace dos años:
31 de diciembre de 2005: siete y pico de la tarde y suena el teléfono. Tu amiga, llorando, que la ha dejado el novio…capullo, al menos se podía haber esperado a Reyes, para que fuera un regalito no?? Tratas de animarla y te sale la vena picara. ¿Nos va a joder ese tío la noche perfecta? ¡¡Y una mierda!! Le damos dos horas de luto, te pones tu disfraz y las pinturas de guerra, ¡y esta noche es nuestra!... Eso le dices a tu amiga, pero en el fondo piensas “con lo poquito que me gustan a mi estas parafernalias, encima me va a tocar “noche consoladora”... y con “bebercio” de por medio la borrachera puede ser llorona…mecawento”.

Cenas y todo eso y te plantas en las once de la noche; a la ducha. Al final con tanto lío no pediste hora en la pelu, así que tú que eres una apañadita te vas a hacer un recogido. Pinza pa acá, pinza pa allá… ¡¡no me sale!! ¿A que me voy con una coleta? Grrrrrrrrrrr.

Doce menos 4 minutos y tu en tanga y sujetador (rojos, hay que seguir la absurda tradición). Y tu hermana dándote por saco diciendo "vaaamos chicaaaa, que es la hora, que no llegas". Y tu piensas en matarla allí mismo con el cuchillo jamonero, pero luego recapacitas, porque si la matas tienes que ir de entierro, que venga la Guardia Civil y todo eso… y claro, no llegas a la fiesta. “Patri, matala otro día”, y te lo apuntas con las cosas que te has propuesto hacer en el año que entra.

Doce menos 2 minutos... y no me abrocha la cremallera del vestido. Se ha atascado porque se ha pillado la tela. Te recuerdas a ti misma a Brigett Jhones y no sabes si reír o llorar. Primero mi madre, luego mi padre, mi tía, mi prima... y no habia manera de subirla. Sacas la vaselina a ver si untándola un poco corre “no puedo, no puedo, Houston, tenemos un problema”. Al final no sabes como, pero sube. Justo a tiempo, doce menos 15 segundos. Pero ya es demasiado tarde; estas tan atacada de los nervios que ni sabes lo que haces, así que, como todos los alelaos de España, te empiezas a comer las uvas en los cuartos. Brindis, besos y todo eso, lagrimillas y arreando a la fiesta disfrazada de cenicienta, sin medias y con mas frío que otra cosa, porque hace -3 grados y tu vas con un escote de infarto.

Se te olvida la entrada, te das la vuelta, la coges… Llegas al barrio de tu amiga y aquello es peor que una guerra civil. Toda la calle a oscuras y dos grupos, uno a cada punta, con bengalas, correpies, tracas, y yo creo que hasta lanzamisiles y torpedos tomahawk. Intentas llamar a tu amiga al móvil para que baje al portal y no tener que salir del coche con tanta traca… peeeeeeeero no hay red, y te cagas en movistar, amena, vodafone y la mare que los parió.

Media hora después baja tu amiga y sales rumbo a la fiesta… Aquel año fuimos a una disco de Torrejón, y al coger la salida de la A2 nos equivocamos y salimos por la de la Base Aérea del Ejercito… solo digo que 50 metros mas y acabamos celebrando la Noche Vieja con los militares en la garita… pero finalmente llegamos donde queríamos llegar, y en el parking, saliendo del coche ¡¡zas!! se me rompe el zapato, como a la cenicienta. Si si, el mismo zapato que tuve que buscar por todos los Zaras de la comunidad de Madrid… grrrrrrrrrrrrrr ¡¡sin pisar el suelo a penas y se rompe!! Te dan ganas de llorar, de irte a tu casa a jugar al parchis o a dormir… pero tu amiga tiene el mismo estado de animo, recordemos que hace a penas unas horas su novio la ha dejado. ¿Y que haces? Pues volar hacia casa para ponerte otros zapatos y volver a la fiesta.
Al final te emborrachas con el garrafón, bailas hasta no poder mas, te quitas los zapatos, sales sin chaqueta, te vas a desayunar a un bar y cantas villancicos… y llegas de día a casa, con las gafas de sol y un careto diviiiiiiiiiiiiiiiiiiino como para empezar el año… Pero al final no lo has pasado tan mal… o eso piensas hasta que te empieza a arder el estomago, a doler la cabeza, los pies… ainssss noche perfecta...noche perfecta...¡¡ mecawen to los 31 de diciembre!!

Encima luego esta esa sensación absurda que se me pone en el estómago todos los primeros de enero, de haber terminado algo y tener por delante un año en blanco que hay que llenar... esa inquietud por lo que pasará el año próximo... Una gilipollez, la verdad, pero no lo puedo evitar...se me pone una mala ostia que pa que!! Y acabas pensando que, como no te va mucho la Navidad, el año que viene vas a pedirle a los Reyes que borren del calendario desde el día 23 de diciembre a las 12 de la noche hasta el día 6 de enero a la misma hora, o si no que me den un golpe en la cabeza y me dejen inconsciente todos esos días, porque acabo hasta el mismísimo higo de tanta Navidad.

PD: este año creo que voy a pasar de tanto estrés y me voy a quedar viendo a Ramón García y jugando al parchis.