lunes, 14 de abril de 2008

Máquina del tiempo

A veces pienso que me gustaría tener una máquina del tiempo, meterme en ella y mirar por un agujerito lo que me deparará el mañana. Así podría dejar de ponerme nerviosa con algunas cosas, o de darle vueltas innecesarias a la cabeza, o tomar siempre las decisiones correctas. Sí, parece buena idea, poder ver el futuro y tenerlo todo bajo control.

¿Y para qué? ¿Dónde quedaría entonces lo divertido de la vida, lo bonito? Si todo está calculado no hay sorpresas, lo esperas todo, es como ver la misma película una y otra vez. Te la acabas aprendiendo y pierde la esencia. Conoces la trama de memoria, te sabes el fina, ya nada te sorprende. Y puede gustarte mucho, si… pero nunca te sentirás como cuando la viste por primera vez.

No quiero ver el mañana. Quiero ver siempre el hoy. Porque mañana será hoy… y poco a poco todos los días serán hoy. Quiero dibujar cada hoy con un pincel nuevo que estrene cada mañana. Quiero elegir cada día un color con el que pintar mi hoy. Quiero sorprenderme cada día, ilusionarme, vivir. Y mañana, si me toca llorar, me secaré las lágrimas y seguiré caminando. Pero quiero vivir hoy. Me da igual mañana, me da igual ayerquiero hoy, muchos hoy… y sonreir.