jueves, 4 de septiembre de 2008

Sorpresas

A veces la vida te da sorpresas… grandes, pequeñas, emocionantes, tiernas…pero siempre inesperadas. Me encantan las sorpresas, pero no todos saben verlas o disfrutarlas. Por pequeñas que sean siempre consiguen sacarme una sonrisa… si, lo se, es algo muy fácil tratándose de mi, que paso el 90% de mi tiempo sonriéndole a la vida para ver si así me devuelve la sonrisa. Pero esas sonrisas son distintas, salen de más adentro de uno mismo, de lo más profundo, y son abiertas, plenas. Regalos al fin y al cabo, tanto las sorpresas, como las sonrisas que provocan.


Últimamente mis días están llenos de esas pequeñas grandes sorpresas que generan momentos de felicidad… aunque quizá siempre están ahí y no las veo, pero por alguna razón últimamente las siento.


Sorpresas… sonrisas…


Alguien a quien hace más de 10 años que no ves se cruza contigo en la calle, te reconoce y se vuelve a saludarte.
De pronto, una mano en el hombro, y una sonrisa regalada de quien te ve a diario y jamás lo hace.
Un guiño de quien no lo esperas.
Unas palabras sinceras, sin venir a cuento, reconociendo tu valía.
Una caricia en el brazo, mirándote de reojo, con las mejillas sonrojadas.
Una invitación formal para ir al cine, por escrito y con murciélagos, para ver al caballero negro, claro.
Carcajadas provocadas por cosquillas en plena calle.
Unas horas leyendo sumergida en un libro de alguien que habla tu idioma, justo tu idioma (y no me refiero al castellano).
Un abrazo lleno de simpatía y cariño sinceros de quien a penas te conoce.
Reencuentros.
Encuentros.
Encontrar lo que no esperabas y que jamás imaginabas ibas a encontrar en esa persona.
Ilusión a paso lento.
Mensajes en el móvil que, sin decir nada, lo dicen todo.
Palabras… especial, seis menos, guapa, quizá, sexy, a gusto, luciérnaga, como tú eres, ánimo, probemos, si, no… sorpresas que de la nada surgen… y te sonríen, como un regalo.





Pon lo que quieras dentro...