sábado, 8 de noviembre de 2008

Copenhague




El corría nunca le enseñaron a andar,
se fue tras luces pálidas.
Ella huía de espejismos y olas de mar
Aeropuertos, unos vienen otros se van,
igual que Alicia sin ciudad.
El valor para marcharse, el miedo a llegar...

Llueve en el canal,
la corriente enseña el camino hacia el mar,
todos duermen ya.
Dejarse llevar suena demasiado bien,
jugar al azar, nunca saber donde puedes terminar
o empezar.

Un instante mientras los turistas se van,
un tren de madrugada consigue trazar
la frontera entre siempre o jamás.

Llueve en el canal,
la corriente enseña el camino hacia el mar,
todos duermen ya.
Dejarse llevar suena demasiado bien,
jugar al azar, nunca saber donde puedes terminar
o empezar... o empezar.

Ella duerme tras el vendaval.
Se quitó la ropa, sueña con despertar
en otro tiempo y en otra ciudad.


Dejarse llevar suena demasiado bien,
jugar al azar, nunca saber donde puedes terminar
o empezar... terminar... o empezar.
Terminar... o empezar.






Qué más da Copenhague o cualquier otro lugar, si no te dejas llevar...

Respirar(te)