martes, 29 de julio de 2008

Pies

Hoy me he mirado a los pies y he sabido…

Que me encanta mirar al cielo sabiendo que piso el suelo, aunque sea de puntillas.

Que me gusta andar descalza pisando flores, hierba, tierra, hielo o incluso brasas.

Que son ellos quienes, a cada paso, me mantienen firme en el camino.

Que en los talones siempre llevo prisa por escapar del vacío, del desencuentro, de la soledad no elegida, de las lágrimas tristes, de la deriva.

Que mis dedos son garras que me sostienen en cualquier puente inestable colgado en el abismo, que por ellos nunca caigo, al menos no del todo. Ellos resisten hasta que mis alas me elevan de nuevo.

Que las durezas no duelen, sólo quedan visibles, como marcas, para no olvidarlas.

He sabido muchas cosas que tal vez ya sabía de antes…

¡¡Pero lo que no sabía es que soy una cacho de guarra!! ¡¡Llevo los pies negros!! Y es que eso de llevar chanclas o andar descalza para todo no ha de ser bueno.

A ver si voy a ser descendiente de la tribu de los pies negros, y yo sin saberlo… (vale, vale, no tengo excusa, soy una cacho de cerda)

Adjunto foto, que aunque no es de mis pies, bien podrían serlo esta tarde cuando llegué a casa. ¡¡Qué cerda!!