viernes, 6 de febrero de 2009

Ángel

Cuando la vida se va, cerrando la puerta,
y te deja un vacío que ya nada ocupa,
no hay palabras que sirvan de consuelo.

Cuando se apaga la luz y te deja en penumbra
y la noche se cierra sobre tu techo,
te ofrezco mi vela.

Cuando aprietas los dientes y ahogas tus gritos
cerrando el puño que guarda tus lágrimas,
te regalo el silencio.

Cuando la angustia se clava en tu estómago
arrebatándote el aire que respirabas
te doy mi aliento.

Cuando las palabras sobran
o tal vez cuando faltan.

Cuando sabes que no habrá mañana
y que el ayer ya no existe.

Cuando se va lo que más querías.

Cuando tu alma no encuentra consuelo.

Cuando todo se acaba…

Entonces, sólo puedo abrazarte.
Mirarte a los ojos, cogerte la mano.
Susurrar con un hilo de voz temblorosa
que todo irá bien y que estoy a tu lado.