lunes, 12 de noviembre de 2007

Trece de Noviembre

Un trece de noviembre de hace ya muchos años cayó una estrella del cielo. Yo no la vi caer pues no había nacido, mas me contaron que el viento sopló despacio haciendo que su llegada fuera lenta y suave. La Tierra abrió los brazos y la cubrió con su manto; nació entre algodones... lástima que su vida aquí no fuera tan dulce.

Hace unos meses emprendió el viaje de vuelta. Se elevó como una hoja de otoño, solo que era primavera, y en lugar de volar roja y seca en el aire, se esparció con el polen evaporándose en el tiempo. Llegó al cielo esa noche y desde allí nos guiñó un ojo. De nuevo en su verdadero hogar, brilló mas que nunca.

Mañana es tu cumpleaños y por primera vez no estás. Mañana quisiera peinarte como tantas otras veces y ayudarte a elegir qué ponerte. Mañana quisiera hacer un lazo en tu pañuelo y después darte un beso. Mañana quisiera ir de tu brazo y dar un paseo. Y quisiera poner música y que bailáramos, aunque otra vez fuera El agua del avellano. Quisiera verte soplar la vela y darte un abrazo cuando tus ojos se humedecieran, mezcla de alegría, mezcla de tristeza, recordando a los que no están. Y cómo hacerlo, si mañana eres tú quien no está.

No tengo nada que regalarte; mis manos son pobres para darte lo que mereces. En cambio tú, como siempre, tienes la solución. Llevas tres noches regalándome tus recuerdos. Me has dejado verte sonreír, verte bailar, verte abrazarme y hasta jugar. Me has bañado de recuerdos olvidados o quizá dormidos... Llevo tres noches soñándote y mañana tu no estás. No estás aquí, pero sí en todo lo que me rodea y en lo que llevo dentro. Estás en la estrella que esta noche me tirará un beso de buenas noches y a la que una vez más diré aquello que tanto te hacía reír: Te quiero, te quiero mucho... hasta el infinito, ida y vuelta. Y en secreto, sola tras la ventana, te cantaré cumpleaños feliz. Y dirás que no es hoy, sino mañana... pero es que mañana no sé si podré cantártelo, no sé si podré soñarte, no sé si podré sonreír. Mañana quizá esté demasiado ocupada intentando no estar triste, procurando que los demás no lo estén, porque sé que tu lo preferirías así.

Muchas felicidades... allá donde estés.