martes, 20 de mayo de 2008

Pies

Respondiendo a uno de los comentarios del post de los pimientos he recordado otra conversación que tuve una vez igual de surrealista o más que la pimientera.

No ambientaré la conversación ni la transcribiré entera, que así tiene más misterio, pero intentaré ser fiel a la realidad, salvo error u omisión, intencionada o no jajajaja.

Aquél día me encontré con uno de los especimenes más raros con los que he tenido el gusto – por qué no – de entablar conversación. Era un tipo de estos que te despiertan la curiosidad enseguida, pero la curiosidad pícara, la de hurgar y hurgar en la mente del tío para ver hasta dónde es capaz de llegar con su rareza.

Antes de que me pase como en otra ocasión que publiqué algo de este estilo y algún anónimo me tildó de mala persona, altiva, irrespetuosa y nosecuantas cosas más que no creo ser, he de decir que jamás mi intención fue reírme de ésta persona, sino intentar comprenderla, dentro del humor eso si. Lo que pasa es que tengo una manera peculiar de contar las cosas o de emplear cierta ironía y sarcasmo en muchas conversaciones, pero siempre de buen rollo y sin ánimo de ofender.

Y dicho esto, al lío:

- Hola.
- Hola.
- Oye, perdona que te entre así, pero... ¿puedo hacerte una pregunta?
- Bueno... pero me reservo el derecho a responder ehhh.
- Vale... es que es una pregunta un poco rara, ¿te importa?
- Bueno, venga, hazla, que ya me pica la curiosidad. ¿Qué quieres preguntarme?
- Pues... ¿tu venderías una foto de tus pies?
- ¿De mis pies? Joder, pues nunca me lo había planteado. No me digas que eres uno de esos fetichistas...
- Pse... me gustan los pies, si. ¿La venderías o no?
- Pero a ver...¿es que la gente va vendiendo por ahí fotos de sus pies?
- Si, te aseguro que si.
- ¿Tu has comprado fotos de pies?
- Si...
- Jajajaj vamos no jodas... ¿Y por cuanto, si se puede saber? Porque lo mismo es buen negocio y ¡yo sin saberlo!
- Hombre, pues depende... ¿tu me venderías una foto de tus pies o no?
- Habría que negociar ehhh, que te aseguro que mis pies no son cualquier cosa jajajaja
- ¿Y eso? Cuenta cuenta... ¿qué tienen de especiales?
- Pues para empezar no son bonitos, eso lo primero, no te voy a engañar. Pero te aseguro que en el reino de los pies los míos estarían cotizados al alza, por poco vistos jajajajaja
- ¿Pero se puede saber qué tienen de especiales o no?
- Pseeeeeeee, no te pongas nervioso, que te lo cuento. Pues a ver, mas que los pies son los dedos de los pies, que los tengo largos, delgados y abiertos o separados... todos los dedos salvo el meñique, que es tímido y se esconde, son más largos que el pulgarzote.
- Mmmmmm.... interesantísimo y sugerente... dedos largos... ¿y ágiles? Dime...
- Oye oyeeeeeeee, a ver si te vas a estar poniendo cachondo eh...
- Je je je... ¿Me vendes la foto o no?
- Jajajjaja ¿pero tu estás tonto? A ver, ¿cuánto me das?
- Pues... cinco euros.
- ¿Pero qué dices? Por cinco euros no te enseño ni el calcetín.
- ¿Diez?
- Nada nada... que además, no te creas que me hace a mi mucha gracia saber que alguien se pajea viendo una foto de mis pies.
- Una pena... deben ser muy especiales.
- Lo son lo son jajajjaa no te quepa duda. Y hablando de dudas... yo tengo una duda existencial ahora mismo. ¿Pero cómo te puede excitar ver unos pies?
- No es solo verlos, sino tocarlos, lamerlos, incluso olerlos.
- Vamos no me jodas... se me acaba de caer la libido al suelo pensando en los pies de mi padre cuando viene de correr.
- Jajajjaja claro mujer... pero unos bonitos pies, limpios, desnudos.... pues tienen mucho morbo.
- Si tu lo dices...
- Oye... y ya que no me vendes la foto... ¿qué te parece quedar algún día?
- Si hombre, ¿para qué? ¿Para que te enseñe los pies? Jajjajaja chato que en directo vale más caro que en foto ehhhh.
- Hombre... pues podemos dar un paseo por el Retiro y después sentarnos en el césped... descalzarnos...
- Lo que yo decía, tu me quieres ver los pies, ¡¡golosón!!
- ... y hacerte caricias en tus pies con los míos...
- ¡¡Ah!! ¿Qué encima pretendes meterme mano? ¿He dicho mano? Perdón, ¡ tu lo que quieres es meterme pie!
- Pues ahora que dices de meter pie... ¿a ti nunca...?
- ¿Nunca qué?
- Que si nunca te han masturbado con el pie...
- ¿Con el pie? ¡¡Qué me estás contando!! ¿Eso se hace?
- Claro... yo he conseguido hacer gritar de placer a más de una sólo usando mis pies...
- ¿No sería que no te habías cortado bien las uñas y gritaban porque les arañabas con las zarpas?
- Jajjajajajaja... no te lo tomes a risa. Si no lo has probado, no sabes lo que es...
- Pues tienes razón, no lo he probado y no se lo que es.
- Bueno... si quieres yo te lo enseño...
- Jajajjaja que va, déjalo si eso.
- Pues tu te lo pierdes, cariño...
- Uy uy, a mi no me llames cariño eh... a ver si has empezado con buen pie y ahora no vas a dar pie con bola!
- Vale vale, no te enfades... qué genio...
- Si si, es que hoy me levanté con pie el izquierdo jajajajaja
- Te estás cachondeando, ¿no?
- Un poquito, de buen rollito eh... no te lo tomes todo al pie de la letra jajajjaja.
- Será guasona... pero al menos sincera.
- Si, eso sí, bastante sincera, aunque no deberías creerme todo a pies juntillas jajajjaaaaaaaaaaaaaaa
- ¡Qué cabrona!
- Un poquito na más. Es que me estás dando pie jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
- Jajajajajjajaaj ... Oye pues me has caído simpática... ¿seguro que no te apetece dar un paseo, otro día?
- Jajajja no, en serio que no. Pero gracias ehhh.
- De nada mujer, pero en serio me gustaría. Una pena... me voy a quedar sin verte los pies esos especiales que dices tener.
- Jajjajajaa no te pierdes nada hombre. Oye, y gracias a ti por aguantarme el cachondeo eh. A tus pies! jajajaja
- Jajajjajaja A sus pies señora. Ha sido todo un placer.
- Venga, que vaya bien y que encuentres muchas dispuestas a venderte la foto de sus pies jajajjajaa
- Jajajjajaja ¡¡gracias!! Suerte a ti también. Ciao.
- Ciao.


Y se quedó sin verme los pies... con un poco de suerte el azar le traerá hasta aquí y podrá verlos gratis jajajajaja

He aquí mis pies.

Pimientos

Ya no sé por qué me sorprendo cuando me pasan estas cosas, si está claro que lo que me pasa a mi no le pasa a nadie. Y ya no me refiero a que hoy, por ejemplo, haya tardado hora y media en hacer el trayecto de casa al trabajo, trayecto en el que esta tarde emplearé solamente quince minutos... eso le puede pasar a cualquiera en un día como hoy, con un par de accidentes en carretera y mucho gilipollas al volante. Me refiero a las cosas como la que me pasó ayer.

Ayer tuve una conversación de lo más surrealista, y a juzgar por el tema entorno al cual giraba, con razón a veces digo que me siento parte de un circo... aunque con mi suerte, si pongo un circo me crecen los enanos.

Transcribo la conversación tan textualmente como mi memoria me permita:

- ¡Hola!
- Hola...
- ¿Qué tal?
- Bien... ¿te conozco?
- No, no... disculpa... Oye, ¿puedo hacerte una pregunta?
- Si... tu dirás.
- ¿A ti te gustan los pimientos?
- Pues... si, ¿por?
- Entonces, ¿te importa que te haga alguna pregunta más? Es que estoy haciendo una tesis sobre los pimientos.

Alucinaba, lo juro. Me lo tomé totalmente a guasa, está claro, así que entré al trapo, que tenía ganas de echarme unas risas.

- Venga, vale majo, pregunta, pero que sea fácil eh.
- Si si, facilísimo... ¿y a ti que pimiento te gusta más, rojo o verde?
- Hombre, pues depende de la variedad de pimiento, que no sólo los hay rojos o verdes ehhh.
- Anda, ¡no me digas que vas a saber de pimientos!
- Uy si, hice un master del universo en pimientos.
- O sea, que no tienes ni idea.
- A ver majete, los tienes rojos, verdes y amarillos, igualito que las luces del semáforo. Y luego pues depende, tienes pimiento morrón, o italiano que es mas dulce, pimiento choricero, ñoras, que también son pimientos... joder, parezco una verdulera jajajaja



- Jajajjaja si...Joer, pues sí que sabes de pimientos.
- Pimientos de piquillo, los de Gernika, los de Padrón, que unos pican y otros no...
- Vale vale, me queda claro que conoces los pimientos. ¿A que eres de pueblo?
- Como las amapolas chato, pero no conozco los pimientos porque me dedique a sembrarlos ehhh.
- ¿Y a ti cual te gusta más entonces?
- Pues no se, todos, según como estén preparados.
- A ver, ¿en verano cual prefieres?
- Está claro, pimiento morrón rojo asado, en ensalada, con bonito, cebolla, aceite, sal y huevo duro.
- Mmmmm debe estar bueno.
- Si... o si no pimiento italiano, frito, pero frío o del tiempo, y con tortilla de patata y unas lonchas de jamón, en bocadillo.
- Bien bien, tomo nota. ¿Y en invierno?
- Mmmm no se, pues rellenos por ejemplo. Pimientos de piquillo rellenos... están muy buenos rellenos de quesitos, con nata y tomate por encima.
- Vaya, encima cocinillas.
- Claro hombre.
- Oye, una cosa más.
- Dime.
- Y si fueras un pimiento, ¿qué tipo de pimiento serías?
- Jajajjajaja esa pregunta si que es difícil.
- Venga, ¡que seguro que te identificas con uno!
- Pues mira... se me ocurre que yo podría ser un pimiento morrón, si si si. De esos grandes y lustrosos que parecen como de cera.



- ¿Pareces de cera?
- ¡No hombre! Pero no sé, son así carnosos, con la piel tersa y suave, grandes, coloradetes... yo creo que sí, yo podría ser uno de esos. Porque no me veo yo como pimiento italiano eh, ahí estiradilla y arrugada... aunque ahora que lo pienso, en cuanto a sabor puedo ser un pimiento de Padrón... a veces pico, a veces no jajajajaja
- ¡¡Qué salá!! Oye, muchas gracias por tu colaboración, he tomado nota de todo para mi estudio.
- De gracias nada, que son 20 euros.
- ¿Qué?
- jajjajaja es broma.
- Por cierto, ¿tienes nombre? Es para ponerlo en la tesis...
- Si, tengo nombre.
(y se hace un silencio enorme... jajajaja preguntó si tenía nombre, no cuál era)
- Ah... y supongo que también tendrás apellidos, no?
- Si, tengo varios, pero suelo usar dos. Los dos primeros.
- ¡¡Anda!! ¡¡Como yo!! ¡¡Qué casualidad!!
- Ya ves... bueno, ¿alguna pregunta más?
- No, la verdad es que no, me has servido de mucha ayuda de verdad, muchísimas gracias.
- De nada majo. Suerte con los pimientos.
- ¡¡Gracias!!
- Hasta otra.
- Ciao.