miércoles, 3 de diciembre de 2008

Desnudez

Siempre me gustó la desnudez. Sobre todo la propia, pero también la ajena.

No es por razones sexuales, sino… ¿cómo decirlo?, ¿naturales? Me gusta lo natural, lo sencillo (aunque a veces me complique, lo se), las cosas claras, la gente sin dobleces, lo transparente. No me gustan los adornos, lo que tapa u oculta, lo que disfraza, lo que engaña.

Yo soy así. No me gusta disfrazarme de lo que no soy a pesar de que por ello pueda ir a veces contracorriente, o parecer descuidada, incluso en mi aspecto físico. No me gusta tapar mi cara con maquillajes, ni cambiar el color de mi pelo con tintes, ni colgarme pulseras ni medallas. Soy sencilla (insisto, aunque a veces resulte complicada), no tengo cara B… tengo muchas caras si, pero todas son A, todas a la vista. Soy natural y espontánea hasta el punto de poder ser tildada de bruta o bestia en algunos de mis comentarios o reacciones. Me gusta ser yo misma a pesar de todo, es cuando mejor me siento. Y sólo somos nosotros mismos de veras al cien por cien cuando estamos desnudos, desprotegidos ante todo, sin escudos tras los que escondernos, sin corazas, sin armas en definitiva que puedan ayudarnos en nuestra propia protección. Porque sólo nos desnudamos cuando estamos solos, o cuando confiamos en la persona que tenemos delante, y dejamos los miedos a un lado, nos quitamos las pinturas de guerra, los disfraces, las máscaras. Y somos nosotros plenamente. No sólo nos desnudamos físicamente; nos desnudamos en cuerpo y alma.

¿Te has parado a pensar en si después de ver a una persona desnuda ha cambiado tu concepto sobre ella? Yo si, y siempre cambia. Es como cuando eres pequeña y amas a tu padre por encima de todo porque para ti es el más guapo y el más perfecto, es como tú le ves. Y de pronto un día le miras y le ves distinto, incluso sus rasgos son distintos y te parece otra persona. Ya no le amas igual. Ahora le quieres, pero no le ves perfecto, tu concepto ha cambiado. Pues para mi es algo parecido a lo que sucede cuando ves a una persona desnuda por primera vez. Dejas de ver ese alo que le envuelve, no hay factores externos que distorsionen tu visión sobre esa persona. Sólo la ves a ella, desnuda completamente, en cuerpo y alma, delante de ti. Su manera de actuar es distinta, sus gestos, sus formas… Y te son desveladas cosas que antes no conocías. Insisto en que no hablo de lo físico, de lo sexual. Hablo de algo que va más allá… algo que no se ve sólo con los ojos. Y tampoco estoy diciendo que lo que ves en su desnudez sea mejor ni peor que lo que veías estando vestidos. Simplemente es distinto. Es, para mi, su verdadero yo, porque cuando nos desnudamos nos quitamos algo más que la ropa.

Me gusta estar desnuda.