martes, 8 de enero de 2008

Actitudes

Me tocan la moral algunas actitudes, sobre todo cuando no tienen justificación, o la justificación que las personas que la tienen intentan dar es totalmente absurda.
Dos ejemplos muy claros hoy:

Mi padre, esta misma noche (Aclaro: mi padre es el puto rey de las actitudes absurdas… será por eso que tiene el don de sacarme de mis casillas a la velocidad de la luz). Hace un rato veíamos las noticias, los deportes, para variar, y mira tú por donde se ponen a hablar de Ronaldinho y Deco, especulando sobre si sus lesiones son reales o no lo son – cosa que, sinceramente, me importa bastante poco. El tema es que sale el tío éste tan atractivo, Frank Rijkaard (léase “entrenador del Fútbol Club Barcelona”, para quien no lo sepa, cosa poco probable en este país de futboleros) hablando, con esa vocecilla que no le pega nada, todo delicado… y salta el Bocotas de mi padre: “anda que no se le nota…”. Yo, que le conozco como si le hubiera parido, sé perfectamente a lo que se refiere… y como me gusta discutir y me lo ha puesto en bandeja, le entro al trapo:

- ¿Que se le nota el qué?
- Pues que pierde aceite.
- ¿Ah si? Vaya, lo dices tu que llevas 20 años trabajando con José y tuve que conocerle yo hace unos años para decirte que, a pesar de estar casado y tener una niña, tiene un lío con tu compañero Rober… a ese si que se le ve a la legua majo.
- Pues no sé por qué no lo puede decir claro.
- ¿Quién? ¿José o Rijkaard?
- Rijkaard, si lo sabe todo el mundo, no sé por qué no lo dice.

Empieza a subirme la temperatura… me llevan los demonios cuando oigo a la gente hablar así, y más si es a mi propio padre.

- A ver papá, él puede ser lo que quiera, sin tener la necesidad de decirlo o no. De todas formas no se de dónde te sacas tu que el tío este es gay y que lo sabe todo el mundo. Aunque lo fuera, ¿qué? Me parece a mí que te gusta cada vez más hablar de oídas…
- ¡Por que tú lo digas! ¡¡ Pero es que no lo ves ¡! – bien, se empieza a encender… comienza la diversión…
- ¿Pero qué hay que ver? ¿No es un entrenador de fútbol? Pues eso es lo que te tienes que limitar a juzgar, si lo hace bien o mal. Qué más te da con quién se acueste.
- ¡¡Pues que lo diga!!
- ¡¡Pero qué coño tiene que decir!! Joer, te pareces a los del Salsa Rosa, esos que no soportas ver en la tele… Además, acaso tú cuando te presentas a alguien dices “hola, soy Fulanito, y soy heterosexual” ¿A que no? ¿Pues por qué coño tiene que dar él explicaciones de su vida privada?
- ¡¡Pues porque es gay!! ¡¡ A quién quiere engañar!!
- Y dale… ¡¡Y qué coño pasa porque sea gay o no lo seaaaaaa!! – lo malo que tiene esto de calentar a mi padre, es que yo acabo calentándome más aún, y suelto perlitas… - Mira chato, ¿tu te acuerdas de esa frase que tu me has dicho mil veces?
- De cual a ver.
- “No hay cosa peor que un facha de mono” ¡¡ Pues ya estás hablando como ellos!! Ahora que si los gays, luego que si los inmigrantes, mañana que si los negros… Papa papa… parece mentira que tú me digas eso. No te reconozco.
- Anda anda, tira y recoge la mesa que no me dejas oír los deportes.

Ya está, solucionado, “cállate y no me digas verdades, que joden”. Eso es lo que le pasa. Y me crispa, me crispa mucho que precisamente la persona que me inculcara a mi ciertos valores, ahora se los pase por el forro de los cojones. ¿Acaso me enseñó algo en lo que no creía? ¿O es que los tiempos cambian y lo que antes era blanco ahora es negro? Y lo peor es que no se aviene a razones… aunque mejor no dar razones absurdas a tener que oír las que escuché esta mañana mientras fumaba en la calle.

Hablaban dos compañeros de fábrica. Una chica de unos treintaitantos y un chaval de a penas diecisiete. El chaval, hijo de uno de los encargados, empezó a currar allí este verano y al final se ha quedado. La conversación era la siguiente:

- ¿Al final te quedas, no?
- Si, ya me han hecho otro contrato.
- Y entonces, ¿ya no estudias?
- ¡¡Qué va!! ¿Para qué? Teniendo un curro ya no me hace falta. – tono de listillo y enteraillo total, que ha mantenido durante toda la conversación.
- Hombre, pues siempre está bien tener una base.
- Si, ya, pero no veas lo caros que estaban los libros. Y encima que si bolis, cuadernos, lápices y de todo, venga a soltar dinero.

No me he podido contener…

- Claro – he dicho, tono irónico por supuesto – es una putada gastarte una pasta para no aprobar, no? Y tu padre te habrá dicho que para hacer el vago más vale que dobles los riñones.
- Buahhh es que yo paso de ir al instituto. No hay nada más que empollones, qué asco me dan, nada más que estudiar y estudiar. Total, ¿para qué?
- Ya… para qué… - de verdad que no me explico tal mentalidad.
- Y encima pido una beca y no me la dan. Llega otro detrás de mí y se la dan.
- Hombre… seguro que el otro era un empollón, no?
- Siiiiiiiiiii, mecawentó, so gilipollas, y se la dan a él. ¡¡ Pues no se por qué ¡!
- Claro… y no sabes por qué… - no te jode, si quieres te la dan a ti, so zoquete de los cojones, a ti, pa que te la gastes en porros o en irte a los recreativos, en lugar de dársela al empollón pa que se lo gaste en libros…


Acto seguido se queja del frío que hace en la nave, de lo que cortan los cartones, de lo chungo que es trabajar en una máquina a destajo…

- Aaaaaamigo… ¿hace frío ehhhh?
- ¡¡Ya te digo!! Pero tu ni te enteras ahí en la ofi, to calentita, con tu musiquita, a tu rollo… eso si que es vida!!
- Ya… en fin… que para qué sirve estudiar…

Mutis por el foro. Agacha las orejas y se va, aunque sinceramente, no creo que haya pillado mis ironías, para qué engañarnos.

Actitudes sin argumento, sinrazones de la vida. Un crío que dice que estudiar no sirve para nada, y un padre que se salta los valores que él mismo me enseñó. Vaya tela… ¿y ésta es la sociedad en la que vivimos? Perdónenme la sinceridad, pero ¡¡vaya mierda!!

Regalo de Reyes

Por fin, punto final a la Navidad. No es que este año haya sido especialmente cansina, pero me vienen largos estos días.

Acabo de quitar la mierda de belén que me habían puesto en recepción... menos mal, estaba ya hasta los cohone de que pasara por aquí el gracioso de turno a ponerme al buey en el lugar del niño Jesús, al pastor de angelito, o a pintarle con un rotulador rojo los labios a la Mari. Hasta un poquito mas arriba de los cohone estaba ya de abrir los 300.000 mails de Feliz Navidad que mandan los clientes, proveedores y demás personajes. Todos igualitos “con nuestros mejores deseos”, para luego estar durante todo el año dándote por el culo si te dejas, y si no, también. Y ya ni te cuento hasta dónde estaba de abrir los 700.000 crismas* que nos han enviado a la empresa.
*[ crismas y no christmas o como leches se escriba, pero digo “crismas” por que es eso lo que a veces me hubiera gustado abrir jajajaja la crisma de alguna gentecilla]

Ya sólo nos queda aguantar un par de días aquello de “¿Qué te han traido los Reyes?”. Vamos a ver, y para que no tenga que responder por enésima vez esa pregunta:

Nada, no me han traído nada, han pasado de largo, he debido ser muuuuuy mala y más que voy a serlo!!!!

Y ahora, dicho esto, me quitaré el traje irónico-sarcástico y me pondré el erótico-festivo jajajjajajaa hoy mas festivo que erótico, para qué engañarnos, que son las 8 de la mañana y el erotismo no sé dónde lo tengo.

A decir verdad sí que me trajeron un regalito los Reyes... uno No material, uno de sentimiento, uno que... a poco me hace llorar. El día de Reyes nos juntamos toda la familia: abuelos, tíos, primos, hijos de primos... es el cumple del Gran Jefe. Y claro, iba la hija de mi primo el mayor, L. L tiene tres años y medio, y nos llevamos bien, hasta cuando discutimos jajajaja y es que me encanta chincharla y hacerle rabiar, llevarla la contraria y sacarla de quicio, porque tiene mucho genio (tanto como su padre o yo misma jajaj es genético) y me hace mucha gracia cuando se enfada o cuando la pongo tan nerviosa que me agarra la cabeza y me apretuja y me muerde jajajajaaaaaaaaaa me parto sólo de acordarme. Y claro, le va la marcha, y si paso de ella, viene a buscarme.

El día de reyes, como ya he dicho, todos en casa de los abuelos. Veintidós personas... no es poco el jaleo que se monta jajajaja que si la abuela dando voces, que si el abuelo pidiendo silencio porque está al teléfono, tio A.L. contando chistes, M.V contando penas, la pequeña I durmiendo, A dando grititos... vamos, lo que viene a ser una familia normal jajajaja. Y allí estamos L y yo. De entrada me voy a buscarla y a darle un achuchón, que como de costumbre, me niega. Me da la espalda y me ignora. Ok, perfecto, empieza el jueguecito... en el fondo quiere que la pinche, pero hoy no, hoy paso. Me voy al salón y sigo a mi rollo. Viene... como yo no la hago asunto, busca a mi hermana, y mientras juega con ella me mira de reojo, como provocando. Yo paso, a mi rollo, y así sucesivamente durante todo el día. A veces viene y me dice algo, y luego hace como que se enfada y se va. Hasta que llega la hora de irnos. Cuando estoy buscando mi abrigo, noto unas manos por mis piernas... y no precisamente en plan erótico jajajajaja. Miro hacia abajo y allí está ella, pidiéndome que la coja. La aparto y la digo: “pero si no has querido ni arrimarte a mi en todo el día pájaraaaaaaaa, ¿ahora qué quieres?”... insiste en que la coja... y yo, que soy una blandengueeeeeeeee la cojo y me la como a besos, y la muerdo y le hago cosquillas. Se parte de la risa, y yo también. Entonces paramos, y aún en mis brazos se aparta para mirarme a los ojos y me dice “Te quieeeeeeeerooooooo”, y me da un beso y después un abrazo de oso... y yo me quedo como alucinada, no lo esperaba, y aprovecho su abrazo para que no se vean las lágrimas que empiezan a rondar mis ojos... “Yo también te quiero peque, mucho mucho muuucho”. El te quiero más bonito que me han dicho en mi vida me lo ha regalado una mocosa de tres años. El mejor regalo de Reyes.

Y dicho esto, a currar... que los Reyes bien podían haberme traído los clichés que necesitaba, y no que tengo que ponerme yo ahora a reclamárselos a los proveedores, esos mismos que con sus mejores deseos nos felicitaban el año, y que hoy me van a decir que los clichés tardarán una semana en venir y que me joda. Mecawento...