- ¿Por qué me miras así?
- No se… te veo distinta, estás cambiada.
- ¡Qué va! Sigo siendo la misma.
- Pues… no lo parece…
- Anda, no seas idiota. ¡Acércate! Y mírame a los ojos…
Y se acercó, con cautela… y miró la profundidad de sus ojos, despacio, sumergiéndose en ellos…
- Tienes razón… eres tu.
- ¿Lo ves? Te lo dije. Soy la misma.
- Pero entonces… ¿por qué no me lo pareces?
- Debe ser por la máscara. Si no miras más allá, no me verás.
- ¿Y por qué te la pusiste?
- …
Me la pusiste tú.
- No se… te veo distinta, estás cambiada.
- ¡Qué va! Sigo siendo la misma.
- Pues… no lo parece…
- Anda, no seas idiota. ¡Acércate! Y mírame a los ojos…
Y se acercó, con cautela… y miró la profundidad de sus ojos, despacio, sumergiéndose en ellos…
- Tienes razón… eres tu.
- ¿Lo ves? Te lo dije. Soy la misma.
- Pero entonces… ¿por qué no me lo pareces?
- Debe ser por la máscara. Si no miras más allá, no me verás.
- ¿Y por qué te la pusiste?
- …
Me la pusiste tú.