miércoles, 10 de octubre de 2007

Un problema de VIDA o MUERTE :S

Basado en hechos reales.

Patricia y Silvia trabajan en una gestoría. Silvia es veterana y se supone que supera con mucho en conocimientos y experiencia a Patricia (de hecho cobra bastante más). Pero he dicho “se supone”… mucho suponer.

Un día antes de que Patricia empiece sus vacaciones:

- Oye Silvia, te dejo todo cerrado, no hay nada pendiente por mi parte para estos días así que no tendrás ningún problema. Eso sí, son mis vacaciones: no me llames si no es cuestión de vida o muerte; necesito descansar.
- Vale tía, tu no te preocupes, tía, que te dejo descansar y no te llamo para nada, tía, te lo juro por snoopy.

Dos días después, Patricia duerme plácidamente tras un largo día de playa. 9:00 a.m. : suena el móvil. En la pantalla aparece “Oficina”, por lo que Patricia rechaza la llamada y se da media vuelta para seguir durmiendo. Cinco minutos después un “bip bip” vuelve a incordiarla; un sms:

“Patri tía, por favor, en cuanto puedas llámame a la oficina, es urgente, es algo de VIDA O MUERTE, TE NECESITO”

Con mucha, muchísima resignación Patricia se despereza y sin salir de la cama busca en la agenda del móvil “Silvia Curro” y tras respirar hondo pulsa “Llamar”.

- ¿Si?
- Qué pasa .
- ¡¡Patri, tía, menos mal que me llamas!! Tengo un problema súper gordo…
- ¿Qué ha pasado? ¿Otra vez inspección? ¿No encuentras algún documento importante? ¿Se quema la oficina? Ya puede ser importante Silvia…
- Nooo tía, peor… es que… tía yo creo que me he cargado la impresora.

Patricia no sale de su asombro. La impresora. Dejó bien claro que sólo la llamaran si era cuestión de vida o muerte… y la impresora. Respira hondo de nuevo.

- Silvia, no me toques los cojones eh. Si te has cargado la impresora llama a un técnico, compra otra, ¡¡pero no me levantes de la cama en mis vacaciones!!
- Ya tía lo siento, perdóname por favor, pero es que yo creo que si tu me ayudas, no está rota….¡¡seguro que tu la arreglas!!
- ¿Y qué puedo hacer yo si estoy a 400 km de allí? No me jodas Silvia ehhh ¡¡no me jodas!!

Patricia se alteraba por momentos. Tumbada en su cama y haciendo alarde de paciencia intenta calmar a su compañera y trata de ayudarla.

- A ver, ¿qué es lo que le pasa a la impresora exactamente?
- Pues que no imprime, tía.
- Vale. ¿Está encendida? – pregunta tonta, pero viniendo de Silvia, muy posible que ni tan si quiera la hubiera encendido.
- Sí tía, si he estado imprimiendo hasta hace un momento ¡y ahora no imprime!
- Ok, cálmate que te estás alterando y como me altere yo te cuelgo. ¿Tiene papel? – siguen las preguntas tontas…
- Sí, si que tiene tía, pero lo saca en blanco.
- Ok. ¿Y tienes como predeterminada esa impresora o la otra?
- ¿Predetermi qué?
- Vale, no he dicho nada. Ve a inicio, panel de control, impresoras. ¿Tiene el dibujito de la impresora que quieres usar una marquita?
- Sí tía.
- Vale. Vamos a ver, ¿y dices que te saca la hoja en blanco?
- Sí, tía si, en blanco, te lo juro.
- Ok. No creo que tú solita sin ayuda de nadie hayas sido capaz de cambiar el color de impresión, pero comprobémoslo.
- Ah… ¿es que se puede imprimir en otros colores?
- Si hija, si.

Siguiendo paso a paso las indicaciones que Patricia le daba, Silvia comprueba que la impresora está configurada para imprimir en blanco y negro. Perfecto.

- ¿Has mirado que tengas todos los cables conectados?
- Espera que lo miro, tía.

Patricia se imagina a Silvia tirada en el suelo de la oficina tratando de buscar qué cable es el que va de la impresora al Pc y no puede evitar sonreir.

- Sí tía, están todos enchufados.
- Yo si que te voy a enchufar a ti buena hostia en cuanto te pille.
- Jo tía no me digas eso.
- ¿Me quieres explicar qué coño has hecho, paso a paso, antes de que la impresora dejara de funcionar?
- Pues nada tía, que se me acabó el cartucho, lo cambié, y se rompió.
- Espera espera… ¿cambiaste el cartucho?
- Sí tía, yo solita… te dije que me lo cambiaras antes de irte, por si acaso, pero se te olvidó.

No… no puede ser tan tonta, eso pensó Patricia justo cuando se le encendió la lucecita y supo cuál era el problema.

- Silvia, dime una cosa… ¿has quitado el precinto del cartucho?
- …..
- ¿Silvia?
- …………… ¿qué precinto?


Problema solucionado. ¡¡Y que cobrara más que yo!!... Se me llevan los demonios.

PD: Decir que Silvia ya había avisado al técnico de las impresoras. Suerte que era muy temprano y aún no estaba operativo… No me puedo imaginar la cara del chaval al descubrir que el problema tan gravísimo era que no había quitado el precinto del cartucho de tinta.

Dos días más tarde volvió a sonar el teléfono de Patricia: la jefa, abogada de profesión y no precisamente de las malas.

- Oye Patri… ¿cómo se ponía un fax?

Sin comentarios.
Fin.