martes, 1 de enero de 2008

1 de enero de 2008

Feliz año nuevo.

Sé que lo será para mi, feliz y muchas cosas más. Ayer tuve un chivatazo, una señal, y lo sé, estoy segura. Todo lo que he sembrado tiempo atrás empezará a ser recolectado este año. De hecho ya ha empezado el tiempo de colecta. Primer tramo de escalera superado; sigo subiendo.

A primeros de diciembre hice balance con resultado neutro, pero me anticipé; no había terminado el mes, y he de decir que el resultado ha variado considerablemente pasando a ser positivo, sobre todo en terreno laboral. He sido felicitada por mis superiores, y no sólo eso, sino que mi esfuerzo ha sido gratificado considerablemente – tanto que no quepo en mi de gozooooooo. Atrás quedan otros tiempos menos fructíferos pero se que los venideros lo serán, y mucho. Espero que tanto progreso no se limite tan sólo al trabajo, y se que no será así.

Como ya he dicho, anoche tuve una señal (podéis pensar que estoy loca si así lo consideráis), y esa señal me hace estar segura de que el 2008 viene lleno de regalos. Justo un minuto antes de que el carillón del reloj de la plaza del Sol bajara, la botella de cava se descorchó sola, sin que nadie la tocara. Nos quedamos en silencio, mirándonos unos a los otros, sin saber muy bien cómo reaccionar. Me levanté, llené las copas y les hice brindar. Brindamos, antes de que acabara el año, antes que nadie, sin haber comido las uvas; así debía ser. Después, como todos, nos atragantamos en las campanadas, y entre risas volvimos a brindar, a abrazarnos y besarnos, a emocionarnos… Despliegue de fuegos artificiales en mi calle… no pude resistir sacar medio cuerpo por la ventana y mirar al cielo, y no sólo a la pólvora. Tampoco pude ni quise evitar irme anoche a la cama con los zapatos mágicos y unas ganas tremendas de soñar.

No salí de fiesta, pero tampoco dormí nada. He pasado la noche soñando despierta, viviendo momentos aún no inventados, pero posibles este año que entra. La última flor de la margarita me dirá si los viviré o no; de momento seguiré deshojándola intrigada.

He soñado un amanecer distinto, primer regalo del año, y después he salido a la calle, bajo la escarcha, en búsqueda de la primera aventura de éste 2008, y ha sido un día genial. Llego rendida de sueño y cansancio, pero con tanta fuerza que le he pegado una patada a los restos de tristeza del 2007 y después los he enterrado bajo la nieve; no volverán. Ahora espero con ojos y brazos abiertos todo lo que me traiga el 2008.

Mañana vuelvo a currar, fin de las vacaciones, y aunque parezca mentira, tengo ganas. Y tengo ganas también de que llegue el día 3… voy a ver a un Rey Mago y le pediré un regalo. Hace años que no les escribo, a ninguno de los tres, porque nunca me traen lo que pido. Pero este año quizá me escuchen y compensen tantas noches de Reyes sin el regalo deseado. La magia existe, no? Quizá esta vez si me lo concedan.

Nos vemos!

Patri