viernes, 29 de febrero de 2008

La Pitón

Tengo un compañero, que a su vez tiene una hija, que a su vez tiene un amigo, que a su vez tiene (o tenía) una serpiente pitón (ya hemos llegado a donde íbamos). Sí, lo que oyen – leen. Como quien tiene un perro o un hámster, este buen hombre tenía una pedazo de serpiente pitón en su casa, suelta, sin correa ni bozal ni bolita de plástico en la que dar vueltas. Desconozco si la serpiente le llevaba las zapatillas con la boca, si saltaba juguetona ante el plato de comida o si le traía el hueso a su amo cuando éste se lo tiraba. Lo que sí sé es que por lo visto dormía enroscada a los pies de su dueño, en la cama, como un lindo gatito.

Hace unos meses el muchachito empezó a preocuparse, porque la señora pitón comía menos de lo habitual y tenía algunos trastornos alimenticios, así que la llevó ... no, al endocrino no. En qué estaría yo pensando... La llevó al veterinario, para ver a qué era debida su desgana. Vaya por dios, a ver si se ha vuelto anoréxica –pensó el chaval. Claro, la pobre pitón, venga a ver en la tele y en la Vogue que su piel está de moda para hacer bolsos, zapatos y cinturones, pensaría que cuanto más delgada, menos piel, por tanto menos posibilidades de morir a cuchillo y abierta en canal para luego ser llevada a los pies, manos o cadera de alguna “animala” de otra raza... de alguna raposa o zorra por ejemplo.

Al tema, que me pierdo. El caso es que llevó a señora pitón al veterinario y éste le hizo un examen exhaustivo. Diagnóstico: mandíbula desencajada. Pobre – pensó nuestro amigo el animalero – con razón no come... ¿Y ahora qué, una escayola? ¿Una operación maxilofacial? Y lo más importante ¿a qué es debido su problema en la mandíbula?

Si no conociera el final de la historia y los verdaderos motivos del problema de mandíbula de la pitón, me pondría a conjeturar a cerca de las razones del mal que afecta a la bicha, y probablemente diría cosas tan dispares como que realmente la serpiente le lleva las zapatillas a su amo, que calzará con toda seguridad un 45 esparramao y usa botas con punta de acero... o me preguntaría si es que el amigo además de animalero practica la zoofilia... y en este caso qué tamaña medida de miembro ha de tener para desencajarle la mandíbula a una pitón. Pero la realidad a veces supera a la ficción, y aunque mis ideas a cerca de las causas del problema parezcan descabelladas, desde luego la verdadera realidad es mucho más increíble y sorprendente.

En esas estaba el amigo animalero, preguntándose sobre los motivos y las posibles soluciones al problema de su querida amiguita, cuando el veterinario le sacó de sus pensamientos y le hizo una pregunta. “¿Usted ha notado alguna otra actitud rara del animal?” En el tono y la mirada del médico de animales se notaba que la pregunta tenía trama.... Pensando y pensando, el animalero calló en la cuenta de un pequeño detalle que comenzó a suceder mas o menos a la vez que la falta de apetito de la pitón, detalle al que no había dado importancia en absoluto ya que le parecía gracioso, pero se lo comentó: Desde hacía unas semanas su amiguita no dormía enroscada a sus pies, sino que se estiraba a lo largo en la cama, en paralelo a su cuerpo, junto a él.

- Le aconsejo que, o bien meta a la pitón en un terrario que es donde debiera estar, o que se deshaga de ella.
- ¿Cómo? Pero...¿por qué? ¿es que no tiene solución? Ayyy... mi pitón...
- Si, si tiene solución... pero el que puede que no la tenga es usted si no hace alguna de esas dos cosas.
- ¿Qué?

Pues bien... que la serpiente pitón tuviera la mandíbula desencajada no era por llevarle a este buen hombre sus zapatillas, ni por hacerle “limpiezas de sable”, ni por un golpe o caída... la buena señora pitón se lo estaba provocando a sí misma, preparándose para ingerir algo de gran tamaño. Por eso tampoco comía tanto... reservaba su apetito para el gran postre. ¿Y cual era el postre? Adivinen por qué dormía estirada junto a su dueño.... ¡¡ le estaba tomando medidas !!

Desconozco lo que hizo finalmente este hombre con su compañera de cama, pero en vistas de que no he leído en los periódicos ninguna noticia tipo “hombre engullido por una serpiente pitón” prefiero suponer que en el mejor de los casos ha metido a su amiga en un terrario... y desde luego, si finalmente se deshizo de ella, no quiero ni imaginar cómo lo hizo... por si acaso levantaré la tapa del Wc y miraré antes de sentarme a hacer pipi, no vaya a asomar por ahí la muy....

Moraleja: vigila bien a quien duerma estirado a tu lado, ¡y vigila tu Wc!