domingo, 23 de marzo de 2008

Contradicción

Me gusta andar descalza y no hacer ruido. Sentir el frío del suelo en mis pies, o la humedad de la tierra, la suavidad de la hierba.

Me gusta cuando a veces calzo tacones y suenan fuertes y firmes al andar, marcando el compás de mis pasos como un redoble fuerte de tambor anunciando mi llegada.

Me gusta reír hasta llorar, hasta que duele la tripa y los músculos de la cara. Reír con o sin motivo.

Me gusta llorar, tal vez llorar hasta reír. Dejar salir mis lágrimas, todas, cuantas más mejor. Vaciar mis lacrimales y mis penas dejando así desierto el espacio que ocupan.

Me gusta salir, viajar, no parar. Andar de aquí para allá, conocer sitios, tumbarme al sol o a la sombra y respirar el aire fresco y puro.

Me gusta encerrarme en la soledad de las paredes de mi cuarto. Tumbarme en la cama bajo la manta o sobre ella y no dejar que se cuele ni un rayo de luz del exterior, ni una chispa de aire que corrompa mi cueva secreta.


Me gusta la música, el bullicio...

Me gusta el silencio, su sonido...

Me gusta la compañía...

Me gusta estar sola...

A veces soy pura contradicción, o tal vez tan sencilla que parece justo lo contrario. Pero siempre la misma.

Sólo quiero que me abraces,

Pero no, hoy no...

Sólo quiero que me beses,

Pero no, hoy no...

Sólo quiero que me encuentres,

Pero no, hoy no...

Ven...

Pero no, hoy no...

Quizá mañana...

Quizá hoy...