viernes, 27 de julio de 2007

Abracadabra

Me llamas bruja con todo tu descaro y vienes a mí diciendo que no duermes, que no sueñas si no es conmigo, y me culpas de un embrujo que te tiene hechizado. Dices que no eres tú, que hay una fuerza que te domina y te atrae hacia mí e insinúas que soy yo misma quien la provoca, que soy yo quien prepara hechizos y que lanzo conjuros al viento.

Me llamas bruja, sin serlo. Quizá mi culpa sea darte el brebaje de mis labios y entregarte mis sueños. Quizá sea culpable de entrelazar mis piernas a tu cintura, cual escoba, y cabalgar tu cuerpo. Soy culpable de lograr que te sientas mío al susurrarte letanías mientras te beso. Si el embrujo de mis ojos es causante de tus sueños, soy culpable, lo siento.