lunes, 27 de abril de 2009

Ana Alcaide

Ayer la descubrí, subida en el altar de La Magistral (Alcalá de Henares), con velas a los pies y rodeada de cuatro magníficos, cinco con ella. Cinco magníficos músicos, más de diez instrumentos, y una voz dulce cantando en judeo-español. Y me enamoré de su música sefardí, del sonido de la viola de teclas, del santur…

Como la luna y el sol, así se llama su maravilloso disco, título inspirado en un verso de una canción Sefardí encontrada en Turquía y que simboliza nuestra relación con todo lo que amamos y perseguimos, con todo aquello que permanece inalcanzable.

Sencillamente, precioso.



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